Menú
Federico Jiménez Losantos

La Ley Polanco, otro motivo para votar NO

Ni siquiera González, que de nuevo exhibe piafante su rencor inextinguible, se atrevió a favorecer tan escandalosamente a su ayo, socio y mentor, el gran responsable intelectual de todas las fechorías del PSOE, en el Gobierno y en la Oposición

La Vicepresidenta del Gobierno tiene del Derecho la misma idea que los hooligans del fútbol: todo vale con tal de que gane su equipo. Pero incluso cuando el error arbitral no es un error, cuando el penalti no es penalti, cuando el atraco es eso: un atraco, conviene que no se note demasiado, que incluso cuando se tiene la certeza del robo, no se padezca la grosería del abuso ante testigos. Al fin y al cabo, con ese equipo habrá que volver a jugar, en algún momento habrá que visitar su campo, la Liga se repite con la misma regularidad que antaño las cuatro estaciones, ahora reducidas a dos: el campeonato en sí y la espera a que empiece de nuevo el campeonato. No es prudente abusar siempre y sin medida porque, más tarde o más temprano, te pasan la factura o se instala ante tu puerta El Cobrador del Frac.
 
Que ante el eurodiputado Luis Herrero y en una de las cadenas de televisión cuyos derechos se menoscaban, Antena 3 TV, Fernández de la Vega haya dicho que si el Gobierno no le ha concedido aún el derecho a Polanco a emitir Canal+ en abierto es porque aún no se lo ha pedido, demuestra que todas las morisquetas prodigadas por ZP a los medios críticos no han sido sino formas de dilatar o diferir el destape definitivo, es decir, su condición de instrumento en manos del verdadero poder en España, que no es el Ejecutivo, el Legislativo ni el Judicial, sino el de Jesús de Polanco. Todo el talante se va al garete cuando de Polanco se trata. Todo el talento, si lo hay, se convierte en abyecta sumisión. Ni siquiera González, que de nuevo exhibe piafante su rencor inextinguible, se atrevió a favorecer tan escandalosamente a su ayo, socio y mentor, el gran responsable intelectual de todas las fechorías del PSOE, en el Gobierno y en la Oposición, desde pactar con los separatistas y los antisistema hasta hacer del Estado de Derecho un chiste venezolano contado por Chávez, uno de los aliados internacionales de este gobierno salido de la masacre del 11M y su manipulación prisaica, cuyo único norte sigue siendo la demolición del PP y de la media nación que representa. ¿Que para eso hay que liquidar España? Pues se liquida. ¡No hace tiempo que le tenían ganas!
 
La Ley Polanco no es la única pero sí la última y no la menor de las razones para votar NO este domingo al secuestro de la democracia y de la propia España. Por si faltaban.

En Opinión