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Federico Jiménez Losantos

La "Operación Galaxia" de Pablenin y la "Solución Armada" de Soraya

Como no le funciona el despacho de Barcelona, Supersoraya ha decidido abrir negociaciones con los golpistas en su finca de las Cortes.

Como no le funciona el despacho de Barcelona, Supersoraya ha decidido abrir negociaciones con los golpistas en su finca de las Cortes.
EFE

Con muy pocas horas de diferencia y entre la indiferencia mediática, cercana a la idiocia, las dos soluciones anticonstitucionales para el futuro de España, la que en la Izquierda acaudilla Pablenín y en la derecha la Vicepresidenta del Gobierno en nombre -o no- de Rajoy han coincido en ofrecer, sin legalidad o legitimidad alguna que lo permitan, la sede de la Soberanía Nacional, el Congreso de los Diputados, para que los golpistas catalanes que, de momento, encabeza el flequilludo Carles Puigdemont alias Cocomocho, la humillen a gusto con sus proclamas independentistas.

Nunca el golpismo ha sido tan aceptado como solución para lo que se supone que no tiene solución: el empeño de la casta político-mediática de Barcelona en vulnerar todas las leyes y el empecinamiento de la clase mediático-política de Madrid en garantizar la impunidad de esa ilegalidad.

Soraya usa las Cortes como Despacho

El más tonto de la clase de Sostres, Quico Homs, dice que "Cataluña le ha proclamado la guerra democrática a España". Como nunca se dio el caso de que los generales de un ejército cobren la nómina en la intendencia del enemigo, nadie le cree. Pero de ahí a ofrecer el Templo de las Leyes, como ha hecho Soraya, a los apóstatas de Alí Pujol y los mujaidines de Godó hay mucho trecho: el que va de la defensa de la Ley a la complicidad con el delito. Como no le funciona el despacho de Barcelona, Supersoraya ha decidido abrir negociaciones con los golpistas en su finca de las Cortes.

No es sorprendente que Pablo Iglesias se sumara de inmediato, como parte de su moción de censura contra el régimen constitucional, a la oferta de la Vicepresidenta, que hecha en rueda de Prensa oficial compromete a todo el Gobierno de Rajoy, ministro a ministro. Tampoco sorprende ya el silencio de Rivera: andará preparando la invasión del Valle de los Caídos en memoria de la del de Arán por Carrillo y la toma de la Moncloa por los Cien mil Hijos de Macron en recuerdo de los fusilamientos del 3 de Mayo.

La Prensa aplaude la astucia golpista de Moncloa

En rigor, lo más triste es que la Prensa, buena parte de la cual criticó a ZP cuando propuso a Ibarreche la votación en Cortes del Plan separatista celebre, ha aplaudido unánimemente la oferta de Soraya y su Gobierno como una astuta trampa que ofreciendo diálogo deja "sin armas" a los que no quieren dialogar. Siempre buscando en la cobardía "cargarse de razón".

¿Desde cuándo un Parlamento está para dialogar con los golpistas? Sólo cuando negocia las condiciones para sumarse al Golpe de Estado. Y eso es lo que propone Soraya frente al golpismo separatista catalán: una "Solución Armada" como la que ofreció el ex-jefe de la Casa del Rey a las Cortes secuestradas por Tejero el 23 de Febrero de 1981, ofreciendo formar parte de un Gobierno presidido por él, se suponía que en nombre del Rey, a todos los partidos políticos excepto los nacionalistas: con Felipe González de vicepresidente y una lucida representación del arco parlamentario, con algún comunista independiente para que no faltara consenso sindical y tal.

El Golpe del 23F, en perspectiva

El golpe del 23F, como recordaba ayer Javier Somalo, empieza en la Operación Galaxia de Tejero e Inestrillas descubierta en 1978, y perdonada al modo suicida del golpe de Hugo Chávez con un añito de arresto. Sólo se reactiva en serio cuando Suárez gana las elecciones de 1979 y el Rey y el PSOE empiezan a moverle la silla y el Partido al Presidente legítimo. Ahí es donde se inserta la moción de censura de González, que no fue sino un episodio más de la demolición de Suárez y la demostración de su debilidad a los poderes fácticos: Rey, Ejército, partidos y medios de comunicación.

La dimisión por sorpresa de Suárez "para que la democracia no se convierta en un paréntesis en la Historia de España" convierte el anunciado golpe de Estado en tardío e innecesario, pero los tejeros de la Galaxia y los generales campechanos estaban ya comprometidos, en marcha, así que se improvisó una salida no sangrienta con dos soluciones: la militar ilegal de Armada y la civil y legal de la LOAPA, para atender los motivos legítimos de inquietud militar y civil: el terrorismo y el separatismo. Al final, todo quedó en una inundación de legitimidad para Campechano y un cosechón de votos para el PSOE, que, desde entonces, triscaron y trincaron juntos.

Iglesias repone la Operación Galaxia, aunque su oceánica ignorancia histórica le hace creer que reestrena la Moción de Censura contra Suárez. No obstante, Tejero pudo subirse en marcha al fondo golpista de aquella moción y, de tener más talento y ser asesino en vez de matón, quién sabe en qué y cómo habría terminado el 23F. Y Pablenín se ha subido rápidamente a la "solución Armada" de Soraya para llegar al Poder vulnerando el orden constitucional. Tejero estaba dispuesto a subordinarse a Miláns, y Pablenín estaría dispuesto a subordinarse a Sánchez si gana las primarias del PSOE. Lo que no entendió Tejero era que no matar a los diputados en sus escaños suponía pactar con ellos, y eso eran la solución Armada y el pacto del capó.

La ocasión tejeril del Pablenín

Lo que imagino que sí entiende Pablo Iglesias, que es ligeramente más listo que Tejero, es que una "solución Soraya" le abre el camino al Poder a corto plazo, haciendo lo más difícil, que es la voladura del régimen constitucional y el pacto con el separatismo catalán, el PP y el PSOE (ojalá no Ciudadanos, pero vaya usted a saber) y con la Guardia Roja de la UKO, los vichinskis de la Fiscalía Procorrupción y los manipulite de la Audiencia Nacional metiendo en la cárcel a la flor y nata de los partidos mayoritarios. Un par de plebiscitos y a mandar. O sea, a una guerra civil a la venezolana.

El golpismo del 23F y el de ZP al humillar las Cortes ante la ETA e Ibarreche toparon con los partidos políticos de oposición y muchos medios de comunicación. El de Soraya y Pablenín, con un pequeño grupo, éste, y ni la menor Oposición. Si los golpistas fracasan, será por tontos o porque no saben qué régimen quieren imponer. Soraya se pasa de lista y puede acabar tontamente, pero Pablenín sí sabe el régimen que quiere imponer y presidir. Una encuentra ya pocos obstáculos. El otro, aún tendrá menos.

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