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Federico Jiménez Losantos

Les falta la ETA y les sobra el PP

Una de las pocas ventajas que tiene el separatismo de ERC es que, como sus contertulios de Perpiñán, no esconde sus propósitos. Ellos son coherentes con su plan para descuartizar España, que pasa por aislar y triturar al PP, segunda fuerza nacional o primera, si se considera que PSC y PSOE no son un partido sino dos y que el PSC manda sobre el PSOE mientras que el PSOE no pinta nada en el PSC. Ese aislamiento de la entonces (y ahora) primera fuerza política española es lo que firmaron como base del Gobierno catalán separatistas, comunistas y socialistas. Es lo que respaldó Zapatero. Es lo que destroza cualquier ilusión de continuidad del Pacto por las libertades y contra el terrorismo. Y es lo que, muy coherentemente, viene a tratar Puigcercós a Madrid, o sea, como diría él, al extranjero.
 
Que esta gente que odia tanto al PP, precisamente porque significa la fuerza política mayor de esa España que quieren destruir, la única que existe, pida anular la ilegalización de Batasuna e incluirla en un asombroso pacto contra el terrorismo del que, según el Tribunal Supremo, forma parte, es coherente con su propósito destructivo. Por desgracia, parece coincidir con el propósito del PSOE, que no sabe aún qué quiere construir pero que antes de llegar al Gobierno ha destruido ya un montón de cosas. Para  empezar, toda la política exterior de España trabajosamente diseñada por Aznar durante ocho años: la política internacional contra el terrorismo, uno de cuyos símbolos es nuestra presencia militar en Irak; y la política europea, una de cuyas claves es el Tratado de Niza. Y aún no ha tomado posesión Moratinos, el amigo de Arafat, a cuyo lado Morán era un pragmático y, aún así, González tuvo que echarlo.
 
Pero lo malo de arriar todas las banderas de la lucha contra el terrorismo islámico en el exterior es que abre excelentes perspectivas en el interior para ese terrorismo de turbante y para el de boina sobre la capucha, ese terrorismo separatista vasco, cuya alianza con los separatistas catalanes es un hecho. Por cierto, refrendado por comunistas y socialistas del PSC... y del PSOE. Si el PSOE negocia el apoyo de ERC a la investidura de Zapatero, ya sabemos lo que negocia: extender el pacto de Perpiñán a toda España. No el de Ajuria Enea, que partía de la negación de ETA y sus cofrades del tiro en la nuca, sino el de Perpiñán. No lo de Ardanza, sino el Plan Ibarreche, que es el mismo de Rovireche. Desde luego, más claro no puede estar. Veremos qué dice el PSOE y, sobre todo, veamos qué hace.
 

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