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Federico Jiménez Losantos

Mucha publicidad, pero poca autoridad

El XXXVI congreso del PSOE ha sido, como era de esperar, el congreso de Zapatero. Sin embargo, no puede decirse que el congreso de Zapatero haya sido el congreso del PSOE. Al contrario, el partido sale de este cónclave precariamente unido en torno a un líder que sólo lo es, y de modo indiscutido, a condición de que no ejerza el liderazgo. También se consagra en este congreso la separación estructural del PSC de lo que una vez fue partido común, aunque la ficción jurídica proclamase lo contrario, pero que en esta ocasión se ha convertido en lo más parecido a los socialcristianos de Baviera con respecto a los cristianodemócratas alemanes, bien que con una diferencia esencial; los bávaros son leales al proyecto nacional alemán; los catalanes del PSC son radicalmente insolidarios con respecto al proyecto nacional español. En rigor, aunque no sean los más violentos ni los más radicales, son sus más peligrosos enemigos. Y la razón es obvia: ni la ETA, ni el PNV ni ERC ni el BNG rompen la condición nacional española del PP y del PSOE, las dos ruedas sobre las que marcha la democracia española. El PSC, sí. Ha roto los radios de una de las ruedas y, evidentemente, no se sabe dónde acabará el vehículo. En la cuneta, quizás.
 
Lo que objetivamente era un desastre político nacional y una total capitulación del flamante líder socialista, fue sin embargo presentado en RTVE con estilo más propio de vídeo clip de estrella del pop que de un partido que tiene las responsabilidades de Gobierno, hasta el punto de que, en algunos pasajes de la filmación propagandística, no sabíamos si estábamos ante la noticia del congreso de un partido político o ante la nueva formación del grupo Camela. Camelancia, desde luego, no le faltan ni a ZP ni a Caffarel, que montaron un espectáculo digno de la OTI. Pero lo peor, con serlo tanto, no son los excesos propagandísticos ni el entusiasmo sectario, sino la deriva paralela hacia el radicalismo antioccidental que pudo observarse en el mismo telediario de las tres de la tarde. Fran Sevilla, los hermanos Sacaluga y el soviet izquierdista que tradicionalmente ha controlado la información internacional de RTVE, aprovechó este sábado que no había más preocupación que ZP y la Eurocopa para convertir el noticiario en un engendro digno de Calviño, de Al Yazira o de la televisión cubana. Los vídeo clips de propaganda palestina (manipulando los datos de las cárceles israelíes) y de propaganda castrista (manipulando la realidad del exilio cubano) fueron digno colofón al vídeo clip de propaganda zapateril. Todos igualmente falsos. Pero la realidad suele vengarse de los que la desprecian. Al tiempo.

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