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“Preocupa Siria”, dice uno; “Temo por Damasco”, titula otro. Zapatero y Llamazares rivalizan en ferocidad y contundencia al “exigir” a Aznar que Siria no sea el próximo objetivo de las fuerzas aliadas, básicamente angloamericanas. Y florecen los editoriales de los medios de comunicación antiamericanos, que en España es casi como decir los medios de comunicación. Preocupa Siria, quita el sueño Siria, se teme por Damasco. ¿Y desde cuándo Siria se ha constituido en motivo de interés y honda preocupación para la progresía española? Desde que Estados Unidos advirtió públicamente que Siria no debía convertirse en el santuario de los secuaces de Sadam Husein, antes bien, debería acabar con su apoyo a grupos terroristas antiisraelíes como Hizbulá y eliminar las armas de destrucción masiva que, a medias con Sadam Husein, viene fabricando. Basta que los USA critiquen algo para que la progresía española no pueda resistir el deseo de adorarlo. Si Bush emprende una campaña mundial contra la lepra, defenderán la lepra y proclamarán a los leprosos minoría a proteger dentro de la diversidad ecosanitaria multilateral. Si defienden el terrorismo siempre que sea antiamericano, ¿por qué no van a defender la malaria?

En las próximas semanas, mientras haya titulares de prensa que muestren la preocupación de los USA y de los países europeos sensatos porque Siria se convierta en un nuevo Irak, vamos a asistir al nacimiento de un verdadero Partido Siriaco Español (PSE, como el de Elorza y López), que hablará en sirio sin saberlo y defenderá la causa siria más allá de lo que quisieran los súbditos de la dictadura “assadí” y pudieran imaginar los sacamantecas del Baas, el mismo partido de Sadam Husein, que fue nazi en sus orígenes; prosoviético luego; fundamentalista islámico ahora; y antisemita, antiliberal, antidemocrático y corrupto ayer, ahora y siempre. Hasta su liquidación. Esta es la nueva criatura política que quieren apadrinar nuestros progres: un Estado terrorista, militarista, criminoso y criminal. Acabarán defendiendo el virus del Sida. Qué tíos.

El Partido Siriaco tiene una ventaja social indudable, que sería injusto no señalar: permitirá reciclar el inmenso Partido Iraquí fletado a la sombra de la guerra y que, al mes de iniciar una carrera que creyó larga y gloriosa, dita sea, se ha quedado en el paro. Pues nada, a trabajar para Siria. Eso que ahorra el INEM.

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