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Federico Jiménez Losantos

Negar la corrupción es compartirla

El primer paso para admitir la corrupción es negar su existencia. El paso siguiente es, naturalmente, instalarse en ella. El Gobierno del PP va a dar muy probablemente en el Debate sobre el estado de la nación del próximo martes los dos pasos a la vez. El portavoz parlamentario del PP, el insípido y obsecuente Luis de Grandes, ha declarado que en España no existe problema de corrupción y que cometería "un terrible error" el PSOE si "levantase un fantasma inexistente". Arenas, presunto padre de la consigna, lo ha repetido casi con los mismos términos en la clausura de un acto del PP en Santander: "afortunadamente, en los últimos cinco años ha desaparecido la corrupción política que en 1996 era el principal motivo de preocupación política de la sociedad española". Miente Arenas por partida triple o, lo que es lo mismo, no dice la verdad ni por equivocación. En primer lugar, nunca fue la corrupción el problema que más preocupaba a la sociedad española -eran el paro y el terrorismo– y la prueba fue el resultado electoral del PSOE en el 93 (Filesa) y en el 96 (todos los demás). Podría pasar como mentira piadosa, pero no es piadosa. Es algo peor. Dice que ya no pasa lo que pasaba y no pasó para decir que ahora ya no pasa lo que sí pasa.

En segundo lugar, él mismo dice, refiriéndose a las Cajas de Ahorros y a lo que él mismo ha llamado "Filesa 2", que "quedan coletazos de corrupción como los del PSOE en Andalucía". Menudo coletazo. Al lado de este coletazo los cafelitos de Juan Guerra que tanto juego le dieron a Arenas en sus homilías éticas son, eso, cafelitos comparados con la cosecha colombiana. Mil ochocientos millones consiguió el PSOE para un testaferro insolvente a fin de que pagase las deudas contraídas por los socialistas en su tinglado mediático Prensa Sur; una vez extraídos esos fondos de las Cajas, el insolvente compró Prensa Sur por ese precio al PSOE, que quedó limpio de deudas; y apenas un año después el insolvente le vende el 75% de Prensa Sur a Polanco por 3.300 millones. No está mal el pelotazo. Y según declaraciones del ex-secretario de finanzas del PSOE es sólo uno de los muchos negocios que han hecho del insolvente amigo de Gaspar Zarrías un multimillonario. A lo mejor le llama Arenas a esto “Filesa 2” porque sólo en lo de Prensa Sur se acredita un atraco legal de casi el doble de Filesa 1. Si eso son los últimos coletazos, ¡cómo serán los mordiscos!

Pero la tercera mentira de Arenas que es la misma que la de Grandes es la que, en lo sustancial, declara extinguida la corrupción de la época del PSOE y, por ende, la corrupción como problema. No es verdad. La corrupción, aunque sólo fuera en la España controlada por el PSOE y los nacionalistas, no ha desparecido en este tiempo y se supone que el PP debería combatirla. Pero es que además el PP está dando los pasos necesarios e irreversibles para compartirla. La prueba es que acepta el silencio sobre este escandalazo andaluz en el Debate sobre el estado de la nación a cambio de que el PSOE no insista en el caso Piqué, personificación, una más, de la corrupción socialista pero no sólo heredada sino aceptada, asumida, protegida y promovida a rango ministerial por Aznar.

La corrupción siempre será un problema porque está en la naturaleza humana abusar del Poder para fines particulares. Ahora bien, cuando se niega su existencia o se da por extinguida la inquietud social sobre ella es porque se está cometiendo y compartiendo o se aspira a cometer y compartir. Lo peor de la corrupción en la España actual es que el PP la ha declarado extinguida. Es decir, que abdica de su responsabilidad ética y política de perseguirla. Vuelve, pues, la "Edad de Oro" de Solchaga. Si cae Piqué, pueden hacer ministro de Exteriores a Alí Babá.

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