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Quieren prevaricar sin que se note, rendirse sin que se les rían, capitular como si siguieran luchando y pagar el impuesto revolucionario como si pagaran a Hacienda. Pero hacen leyes para que no se cumplan, se han rendido a Polanco con armas y bagajes y tienen que fingir que regulan el sector de la televisión para todos sólo para poder venderle el favor a alguno. Lo peor que puede hacerse en una sociedad que aspire a constituirse en Estado de Derecho es legislar en vano, y, por desgracia, a eso se reduce toda la legislación en materia de televisión pública y privada en España. Nada se cumple y todo lo que se legisla es para no cumplirse. Ya que los políticos no tienen propósito de enmienda, por lo menos, podrían ahorrarnos el bochorno y el papel del BOE.

Pero si al machadiano “olmo viejo, hendido por el rayo, y en su mitad podrido” le salieron algunas hojas verdes, también la legiferación pepera en materia de televisiones locales produce algunos chispazos curiosos en medio de la sórdida umbría. Ha dicho Piqué, faetón de este carrito de los helados que “la ley será taxativa: la emisión en cadena y particularmente de determinadas horas, los prime-times, se prohibe”. Con esto parecía querer conjurar la hipótesis de “un sucedáneo de una televisión generalista a través de una cadena de televisiones locales que emita prácticamente las mismas cosas”. Atención a esos dos adverbios: “prácticamente” y “particularmente”. ¿Qué seguridad jurídica se puede establecer sobre una fórmula adverbial? ¿Qué es eso de prohibir “particularmente”, qué es eso de que “prácticamente” se hagan cosas prohibidas? O las cosas son legales o no son legales. No pueden ser “prácticamente” legales. No se puede delinquir de forma “particularmente” grave. Todo lo que dicen que quieren prohibir lo viene haciendo Polanco desde hace tiempo. Y todo lo que intentan es disimular que hacen lo que Polanco quiere, sin que se lo reprochen demasiado los demás grupos de comunicación.

El resultado es esta broma pesada que afrenta a la inteligencia y ofende a la sensibilidad. Que den libertad total para emitir por televisón, salvo lo que impida la técnica y prohiba el Código Penal, y que nos dejen en paz. Ya que no arreglan nada, que por lo menos dejen de estorbar.


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