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Federico Jiménez Losantos

¡Toma del frasco, Rubalcasco!

Todo les ha salido al revés, pero por poco. Dos días más en descubrir el pastel y Zapatero habría colocado a un Peces al frente de las víctimas, para convertirlas en cómplices de sus verdugos

Me produce una gran satisfacción moral y no poco placer político que mi modesto voto haya podido contribuir a la derrota de la enésima maniobra del Gobierno Zapatero para destruir la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Desde que llegaron a La Moncloa, sobre la infecta manipulación de una masacre terrorista cuyo origen –claro- se niegan a investigar, los socialistas y sus secuaces se empeñaron en destruir a Francisco José Alcaraz y en desactivar un liderazgo moral con indudables consecuencias políticas. Al fondo del problema estaba, obviamente, el pacto con la ETA, que incluía el fin del régimen nacido de la Transición y pasaba por el estatuto de Cataluña, capital Perpiñán, pero cuyo fin último era aceptar la victoria moral de los etarras por rendición de sus víctimas. Para eso nombró Zapatero a Peces Barba Alto Comisionado de Baja estofa; para eso fletaron a Pilar Manjón en la Comisión del 11M; y para eso han orquestado la maniobra de poner a Pablito Broseta en lugar del coráceo Alcaraz al frente de la AVT.
 
El fracaso ha sido espectacular. Del Caso Bono montado por el ya ex ministro de Defensa para criminalizar a las víctimas y al PP como “fachas” y “violentos”, hemos pasado al Caso Bonoseta, siempre con el mismo resultado: fracaso de las maniobras arteras del Ministerio del Interior, ayer con Alonso y hoy también con Rubalcaba, y una posición cada vez más fuerte de Alcaraz y la línea aplastantemente mayoritaria de la AVT, en la que conviene destacar el papel que la familia Vidal Abarca ha desempeñado en la desautorización de su presunto aval a la destrucción de Alcaraz. Todo les ha salido al revés, pero por poco. Dos días más en descubrir el pastel y Zapatero habría colocado a un Peces al frente de las víctimas, para convertirlas en cómplices de sus verdugos. Hay que actualizar y modernizar los mecanismos de representación internos de la Asociación para que no puedan producirse asaltos nocturnos de dos docenas de pejebarbados y rubalcáceos que puedan dar con la ciudadela en tierra. Espero que en las próximas elecciones, mi voto, por ser menor el peligro, valga mucho menos. Pero mientras celebramos el éxito de Alcaraz y preparamos la próxima manifestación contra este Gobierno de la infame claudicación ante la ETA, déjenme festejar también el clamoroso fracaso de Brosetín y sus zapaterinas huestes. ¡Toma del frasco, Rubalcasco!

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