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Federico Jiménez Losantos

Tres años de Libertad Digital

Hoy se cumplen tres años de la aparición del primer número de Libertad Digital, en vísperas de las elecciones generales del 2000. Nacimos con un siglo y un nuevo milenio en los que la libertad, aún después del hundimiento del imperio soviético, sigue siendo una mercancía rara y, por ende, valiosísima. Nacimos para defender los valores liberales en la batalla diaria de la información y la opinión. Nacimos sin el respaldo y también sin los condicionantes de nadie. Pero nacimos sujetos a la incertidumbre que un medio novísimo en grave crisis tras el estallido de la “burbuja de las nuevas tecnologías” imponía en un mercado inédito cuanto agónico. Estábamos convencidos de la necesidad de un medio de expresión genuinamente liberal en lengua española y teníamos la esperanza de mantenerlo vivo el mayor tiempo posible, aunque también éramos conscientes de las gravísimas dificultades que deberíamos arrostrar. Las empresas de Internet en el año 2000 no tenían perspectivas de beneficio y su esperanza de vida se contaba por meses. Nacimos, pues, con la intención de sortear esos dos peligros mortales: ganar lectores y no perder dinero.

Lo hemos conseguido. Libertad Digital es una de las escasísimas excepciones de supervivencia y consolidación en el sector de Internet en España. Contra viento y marea, gracias a la fidelidad de nuestros patrocinadores publicitarios y al apoyo de unos lectores cuyo número crece incesantemente, en unos términos que el año 2000 no podíamos siquiera soñar, podemos decir que en su cuarto año nuestro diario ha superado todos los problemas que han hundido o están hundiendo a todos los medios independientes en la Red. El secreto está a la vista: hacemos un producto cada vez mejor y con unos costes más baratos. Nuestra influencia crece y nuestras finanzas se mantienen saneadas: no aspirábamos a más. No soñábamos tanto.

El primer año, el 2000, fue el del milagro tecnológico. El segundo, el de la consolidación financiera. El tercero, el de la revolución de los contenidos. Se ha mantenido el mismo núcleo de accionistas que creó el periódico, se ha mantenido el mismo equipo de dirección desde el primer día, se ha mantenido y mejorado —sin ampliar la nómina— la misma redacción. Lo mejor que podemos pedir para este cuarto año es que, simplemente, continúe la misma dinámica de los tres anteriores. Prácticamente no hay que quitar nada en la oferta que, diariamente —en rigor, continuamente— supone Libertad Digital en este kiosco del aire, en esta infinita red de redes llamada Internet, el medio más libre de cuantos ha ideado el ser humano. Y sin embargo, todos los días nuestra publicación se adensa y enriquece. Si el primer año aprendimos a vivir en la red y en el segundo aprendimos a no tener que cerrar, este año tercero ha sido el de la consolidación de la sección editorial, que en un diario de opinión con tantas firmas valiosas y muy conocidas ya en otros medios era un reto casi implanteable. La dirección de Javier Rubio Navarro y el talento de nuestros jóvenes editorialistas ha conseguido que con tres secciones distintas y diarias, el Editorial, la Revista de Prensa dedicada a los medios escritos y la sección “Rumores en la red” dedicada a los medios de Internet, además de las decenas de artículos de opinión que cada día pueden leerse en nuestro periódico, Libertad Digital presente hoy una sección de opinión que no tiene nada que envidiar, en calidad y coherencia, a ningún medio escrito en España.

Si el año pasado pudo decirse que éramos el medio de opinión liberal más importante del mundo de cuantos pueden leerse en español sólo en Internet, éste año podemos añadir que hemos mejorado mucho con respecto al anterior. Si al principio era un reto crearlo y después ha sido un privilegio escribir en él, hoy, aquellos que creamos y empezamos a escribir Libertad Digital podemos decir, sin falsa modestia y con infinito agradecimiento, que es un placer leer lo que otros más jóvenes escriben a diario en él. Y como nada de esto sería posible sin nuestros anunciantes y lectores, queremos celebrarlo con ellos en este aniversario triangular y redondo reiterando una promesa: nunca cejaremos en la defensa de la libertad. Para eso nacimos, para eso estamos aquí y para eso pensamos quedarnos. De momento, un año más.

Como editor de Libertad Digital, gracias.

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