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Fernando Saiz

Carta a Alan Greenspan

Estimado Alan:

Han pasado muchas cosas desde que en 1996, mientras descansabas en la bañera de tu casa de Washington, ideaste la expresión “exuberancia irracional” para denunciar los excesos de los mercados financieros. Aquel discurso te quedó bien, la verdad, y seguramente pasará a la historia como el visionario anticipo de la mayor crisis bursátil de las últimas décadas.

Pero, ahora, las cosas son mucho más duras de lo que incluso tú llegaste a imaginar. He oído que acabas de decidir, junto a tus colegas de la Reserva Federal, un nuevo recorte de los tipos de interés, con lo que el precio del dinero en Estados Unidos está ahora en el 1 por ciento, la tasa más baja desde 1958. Se agradece la intención, pero no estoy seguro de que vaya a servir para mucho. Después de trece rebajas de tipos consecutivas, la economía norteamericana sigue sin despegar y hay serias dudas de que lo vaya a hacer en el corto y medio plazo. No te quiero decir con ello que esa política monetaria haya sido errónea. El recorte continuado de los tipos no ha conseguido que las empresas se pongan a invertir, pero ha evitado el hundimiento del consumo privado y ha mantenido pujante el mercado inmobiliario –aunque en esto los españoles no aceptamos lecciones de Estados Unidos ni de nadie.

Como bien sabes, el problema es que en los actuales niveles de precio del dinero la política monetaria se ha quedado sin pólvora. Se dice, por otra parte, que la rebaja de tipos es sobre todo una medida preventiva contra la deflación. Qué bajo hemos caído, ¿no Alan? Después de cabalgar tantos años con éxito a lomos de la economía global, ahora resulta que la principal amenaza para Estados Unidos es la enfermedad de la esclerótica economía japonesa, que lleva una década en estado vegetativo. En fin, espero que esta vez aciertes y que la recuperación llegue en el segundo semestre. Si no hay más escándalos empresariales ni más guerras, igual hasta tengo que darte la razón. Por cierto, ¿cómo vas con el tenis? ¿Qué tal Andrea? ¿Sigues practicando con el saxofón? Tuyo afectísimo.


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