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DRAGONES Y MAZMORRAS

La fiesta de la Residencia

Se celebró la fiesta de la Residencia de Estudiantes con algo de antelación este año, pues últimamente se hacía entrado julio. Ese mismo día pasaban en España muchas otras cosas, además de este importante evento que marca el fin de la temporada cultural madrileña.

Se celebró la fiesta de la Residencia de Estudiantes con algo de antelación este año, pues últimamente se hacía entrado julio. Ese mismo día pasaban en España muchas otras cosas, además de este importante evento que marca el fin de la temporada cultural madrileña.
Por un lado, las puertas del Congreso de los Diputados se abrían a los familiares del Yak, para que hicieran leña del árbol caído, ayudando al Gobierno a reprobar a Trillo, mientras se cerraban, con gran despliegue de fuerzas del orden, los alrededores de ese mismo lugar a las víctimas del terrorismo, las cuales se vieron obligadas a retirarse de la manifestación que habían convocado y dejar que los polis se las vieran con los más exaltados o los más violentos. Ellos, las víctimas, no podían, como hacían en la oposición los dirigentes del PSOE, permitirse el lujo de vociferar, por miedo a que les procesara el Fiscal General del Estado.
 
Los hay más iguales que otros, como sabemos, sobre todo en los gobiernos igualitarios. Y no es lo mismo un accidente, siempre fruto de la incompetencia de alguien, que los atentados terroristas sistemáticos, que, en definitiva, son actos políticos también sistemáticos, luego justificables, según la lógica zapaterista.
 
También ese día, o el posterior, tanto da, se morreaban en la tribuna de invitados del Congreso una pareja de gays con la misma naturalidad con que suelen hacerlo habitualmente en esa misma tribuna las parejas heterosexuales, lo que demuestra una vez más lo reprimidos y perseguidos que estaban los pobres, que no podían darse el lote en lugares tan propicios a esos menesteres hasta que Zapatero les ha hecho decentes, y de refilón a España. Parece el final de una película de John Ford, con la diferencia de que a quien adecentaba el héroe era a una mujer ligera de cascos.
 
Pepín Bello.Como les decía, la Residencia abría sus jardines con la misma brillantez de todos los años, para ofrecer su hospitalidad a quienes, durante el curso, disfrutaron de su distinguida oferta cultural. Sin duda la Residencia de Estudiantes es un lugar diferente. Tiene un estilo propio, inconfundible, y no importa que la hayan reformado por dentro de arriba abajo, con suelos de corcho y placas de madera en las paredes.
 
Los fantasmas de Lorca, Dalí y Buñuel siguen apareciéndose en los rincones, y flota en todo el edificio y en su entorno –la famosa colina de los chopos– ese aire de convento laico que ha conferido un aura de distinción ("La elegancia es fría", decía el maestro Tanizaki) a los descendientes de los fundadores y de sus primitivos moradores. De los cuales, un año más, seguía siendo Pepín Bello, ya centenario, el más anciano, y por ahí paseaban lauras y natalias y montesinos despertando la admiración y el respeto a su paso.
 
Aquella tarde se me hizo pronto, y pude ver el gran despliegue de recursos humanos que hace la Residencia en tal ocasión. Camareros, azafatas, ninfas y nínfulos (suele ser proverbial la juventud y belleza de los empleados de la casa), identificables por su blanca gardenia, preparaban los últimos detalles. Sentada en el trasatlántico (huelga decir por qué ese mirador recibe tal nombre) asistí a la llegada de los primeros invitados, entre los que pude ver, e inmediatamente saludar, al poeta Leopoldo de Luis y a otros habituales con los que envejezco, año tras año, y nos condolíamos todos por la muerte del poeta conquense Rafael Morales, primer premio Adonais de la historia.
 
Entre los vivos faltaban, sin embargo, muchos, tal vez porque, despistados por la temprana fecha, no habían podido hacer hueco en sus agendas, tal vez porque los tiempos han cambiado. También ha cambiado la dirección, pues José García de Velasco (alias Pepe sonrisas) está ahora encabezando otras misiones culturales de no menor importancia, a pesar de lo cual sigue vinculado a la casa en calidad de "honorario", siendo la actual directora la anterior subdirectora y estrecha colaboradora de Pepe, Alicia Gómez Navarro.
 
Como sucede cuando el Gobierno es temido, se hablaba poco de política y aún menos de cultura, entregados como estaban todos a paladear las exquisiteces gastronómicas que ofrecían los patrocinadores del evento, cuyas firmas eran expuestas con la discreción que caracteriza a la Residencia.
 
Pero no sólo de pan vive el hombre, y este año el Instituto Británico había contribuido con una orquesta de jóvenes estudiantes que tocaban piezas de swing con una discreción también muy británica; muy Institución Libre de Enseñanza, al fin y al cabo.
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