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PILAR MURO, ESPOSA DE PUBLIO CORDÓN

"Si hubiera sido secuestrado por ETA nos habrían hecho más caso"

El pasado lunes se cumplieron diez años de la desaparición del empresario zaragozano Publio Cordón, secuestrado por la banda terrorista GRAPO en Zaragoza. Las investigaciones siguen abiertas, y su mujer, Pilar Muro, permanece a la espera de las extradiciones de dos grapos detenidos en Francia en julio de 2002.

El pasado lunes se cumplieron diez años de la desaparición del empresario zaragozano Publio Cordón, secuestrado por la banda terrorista GRAPO en Zaragoza. Las investigaciones siguen abiertas, y su mujer, Pilar Muro, permanece a la espera de las extradiciones de dos grapos detenidos en Francia en julio de 2002.
La esposa de Publio Cordón, Pilar Muro.
L D ( Europa Press) El secuestro se produjo el 27 de junio de 1995 en la capital aragonesa. Publio Cordón, presidente de Previasa y del Grupo Quirón, no imaginaba que era objetivo de la organización terrorista. Esa mañana salió, como de costumbre, a practicar footing. Después tenía que volver a casa a desayunar, pero no regresó. Su esposa, extrañada, salió a su encuentro. No aparecía, y se le pasó por la cabeza que tal vez había sido víctima de un secuestro. Dio la voz de alarma y empezó la búsqueda de Cordón en el Canal Imperial.
 
Dos días más tarde la familia recibió una llamada telefónica en la que los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) se atribuían la autoría del secuestro. A principios de agosto la familia hace efectivo, en París, el pago del rescate.
 
"Estaba segura de que iba a ser corto, de que íbamos a pagar y de que nos lo iban a devolver. Las cartas que Publio nos envió, que fueron en dos paquetes, hablaban siempre de que le trataban bien", relata Pilar Muro. En el segundo de los envíos Cordón, según el testimonio de Muro, pedía a su familia que siguieran las instrucciones de los criminales "al pie de la letra". "[Decía que] todo iba a ser muy rápido, que lo iban a soltar muy pronto; seguramente en 15 días estamos otra vez juntos, eso es lo que decía en una de las cartas", añade Muro.
 
La esposa del empresario prosigue con su relato: "Nos habían anunciado que lo iban a liberar, esperábamos que fuese pasados unos días, pero no llegaba el momento. Luego pensamos que iban a hacer otro requerimiento, que querían más. Hubo una llamada a la Guardia Civil diciendo que si bajaba la presión policial lo soltarían, eso fue a mediados de agosto o principios de septiembre. Después dos o tres días después hubo otra llamada a algún medio de comunicación en la que indicaban poco más o menos lo mismo. Todavía teníamos todas las esperanzas de que seguía vivo, de que cuando los GRAPO vieran la facilidad de poderlo liberar lo harían".
 
El 3 de noviembre de 1995 la Policía entró en un piso de Barcelona y detuvo a dos de los presuntos autores del secuestro. "Habíamos pagado, pero aquello fue un momento crucial –asegura Muro–. Por desavenencias internas de los GRAPO o por presión policial, había algún motivo por el que no habían puesto en libertad a Publio. A raíz de las detenciones en Barcelona, tuve una corazonada de que ya se había acabado, de que no lo liberaban. Me resistía a reconocerlo, siempre esperas algo, [pero] en el fondo de mi corazón sabía que no íbamos a recuperar a Publio".
 
Enrique Cuadra Echeandía y Concepción González Rodríguez fueron detenidos en la Ciudad Condal, mientras que José Ortín, otro de los secuestradores, fue apresado en Valencia. La Sala de lo Penal les condenó a 86 años de prisión y a pagar 400 millones de pesetas a la familia de Publio Cordón, cantidad que supuestamente fue la que se pagó en concepto de rescate. En la sentencia se destacaba que Ortín, Cuadra y Fernando Silva Sande fueron los autores materiales del secuestro de Cordón, que quedó bajo custodia de éste último.

Silva Sande fue detenido en París el 9 de noviembre de 2000, junto con Manuel Pérez Martínez (Camarada Arenas), María Victoria Gómez Méndez (que también custodiaba a Cordón), Isabel Llaquet Baldelllou, José Antonio Peña Quesada, José Luis Elipe López y Rosario Llobregat Moreno. Quedó así desarticulada la cúpula de la organización terrorista.

En julio de 2003 el Camarada Arenas, Silva Sande, Victoria Gómez, Isabel Llaquet y Elipe fueron condenados por el Tribunal Correccional de París a diez años de prisión por asociación de malhechores con fines terroristas. Posteriormente, a algunos de ellos se les rebajó la condena a ocho años.

Nuevas extradiciones

El 18 de julio 2002 fueron detenidos en Francia y en España otros 14 grapos, entre ellos Fernando Hierro Chomón, pero tampoco entonces se avanzó en la resolución del caso. París ha autorizado ahora la entrega temporal de Silva Sande, el Camarada Arenas y Llaquet.
 
"No tenemos otro camino que esperar estas extradiciones", dice Pilar Muro, cansada de seguir los juicios que se han celebrado contra los GRAPO por si facilitaban algún dato sobre su marido. "Echando la vista atrás, a lo mejor la investigación tendría que empezar de nuevo, volviendo a analizar todo, a ver si sale alguna pista para seguir adelante. No se hizo tampoco un seguimiento del dinero del rescate. El caso no se puede cerrar hasta llegar a saber exactamente lo que ocurrió".
 
Por otra parte, el ministro del Interior, José Antonio Alonso, afirmó recientemente en Zaragoza que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "siguen con sus líneas de investigación abiertas".
 
"Por las noches no puedo dormir. Tengo que acostumbrarse a vivir con esto. Aparentemente, la vida sigue, pero ya nada es normal para nosotros –dice Muro, con el dolor a flor de piel–. Es una angustia que no se puede describir; pensar que si lo que hicieron fue dejarle abandonado, si sufrió; pienso en el miedo, en la angustia que pudo pasar al encontrarse solo".
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