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WEEKEND EN QATAR

Tan pequeño como emergente

El destino y una extraña adicción a pasar la noche en cualquier sitio me han llevado recientemente a Qatar. Uno de esos sitios que se citan a menudo pero parecen preocupar poco a la gente.

El destino y una extraña adicción a pasar la noche en cualquier sitio me han llevado recientemente a Qatar. Uno de esos sitios que se citan a menudo pero parecen preocupar poco a la gente.
Qatar. Jaimas en la playa.
Sin embargo, algo se mueve en un país que algunos quieren "conocer" como el nuevo Líbano. Su ubicación geoestratégica no puede ser mejor, y aunque su imagen arquitectónica no llama la atención como la de Dubai, las decenas de rascacielos en construcción nos avisan del cambio que se está produciendo.
 
Al borde del Golfo Pérsico se asoman asombrosos edificios de perfiles vanguardistas; hace apenas treinta años no había allí más que tiendas nómadas y algunos fuertes de vigilancia. Hoy, en medio del desierto hay jardines, amplios espacios bien urbanizados, buenas carreteras… algo que difícilmente hubieran imaginado los abuelos de los actuales habitantes de este rincón del mundo. El paso del camello al Toyota.
 
Este pequeño país, habitado por poco más de 700.000 personas y cuya superficie no supera la de Asturias, reúne una asombrosa cantidad de lujo y riquezas gracias al petróleo, al gas y al comercio. A finales del siglo XIX entró en la orbita colonial británica, pero la verdadera transformación vino con el descubrimiento del oro negro, en 1949. En cuanto a influencia, Estados Unidos va sustituyendo a los ingleses. Los qataríes dependen de fuera, pero tienen personalidad propia.
 
Skyline de Doha.Ahora se aceleran los preparativos para los Asian Games 2006. La sorpresa comienza en el aeropuerto, con las obras que se están realizando para su mejora, que van a llamar la atención a todos los que lleguen. La línea aérea es el mejor embajador del país: cuenta con empleados de 57 países y asume gran parte del tráfico hacia Extremo y Medio Oriente.
 
Estamos a punto de conocer el nuevo lujo árabe. Las antiguas tribus beduinas se han convertido en las personas más ricas del planeta. Hoy viven casi sin trabajar, de grandes negocios que dirigen otros, y para su servicio cuentan con una población inmigrante integrada, fundamentalmente, por filipinos e indios. El sistema de concesión de residencia es muy estricto.
 
Doha alberga una amplia población de "exiliados de lujo", ejecutivos y profesionales magníficamente pagados que aportan su experiencia en numerosos sectores. Si produces, siempre eres bien recibido.
 
Pasear por esta ciudad permite contemplar un mundo fundamentalmente hecho para hombres: las mujeres pasean cubiertas por amplias túnicas negras, bajo las que asoman vaqueros lujosos o ropa de grandes firmas. Sandalias de Tod entran en la tienda de Zara. Relojerías de lujo en los centros comerciales, que presumen de ser los más grandes de Oriente Medio, o coches de ensueño más propios de las revistas que de las calles.
 
Asombrosamente, el desierto se va llenando poco a poco de edificios de lujo muy singulares, sobre todo hoteles y sedes de empresas. Aquí está, por ejemplo, el cuartel general de la famosa cadena de televisión Al Yazira, propiedad del emir –como casi todo lo que hay en este país–. Frente a los emiratos vecinos, Qatar mantiene un cierto aire antiguo, si bien, como hemos dicho, está experimentando una modernización progresiva, especialmente desde hace una década, poco más o menos.
 
Fuerte de Al Zubara.Con todo, se mantiene un aire apacible, sobre todo al anochecer, junto al puerto, donde paseo entre los chiringuitos que venden té o refrescos. Los vecinos juegan a las cartas. Las mujeres van tapadas con rigor y pasean por las calles del centro. El alcohol está prohibido, pero en los restaurantes encontramos las mejores cosechas de Borgoña o Rioja.
 
Para buscar el pasado hay que ir, por ejemplo, al Museo Nacional, instalado en un antiguo palacio, o al Fuerte Doha, los lugares más interesantes de la capital. En los alrededores hay otros lugares interesantes, como el Museo de Wakrah, edificado sobre un antiguo palacio; el fuerte Umm Salal Mohammed, una residencia fortificada que perteneció a una familia local (Al Khor) y que alberga un pequeño museo y una antigua torre de vigilancia, o el fuerte de Al Zubara, construido en 1938 y utilizado como cuartel hasta los años 80, en cuyas proximidades se encuentran ruinas de fortificaciones costeras.
 
El que no esté interesado en el pasado siempre se puede dedicar a las actividades en el desierto. Lo más fácil es alquilar un todoterreno y poner a prueba los nervios intentando atravesar la autopista interminable de dunas. Otros optan por los caballos, una de las obsesiones de este país. El emir es el gran promotor de carreras de resistencia y velocidad.
 
Los turistas siempre pueden recorrer parte del desierto en algunas de las excursiones ecuestres que se comercializan. Otra versión son los quads, que permiten una experiencia apasionante y pueden concluir con una cena en una jaima, bajo las estrellas. Los atractivos, pues, no faltan.
 
 
Dónde dormir
– Hotel Ritz Carlton (teléfono: 974 484 8503; info@ritzcarlton.com).
 
Dónde comer
Apenas existen restaurantes fuera de los hoteles.
– Al Majles al Arabi (4447 417). Cocina libanesa.
– Porcini. Italiano. En el Ritz Carlton.
 
Actividades
– QIT (552 72 25). Empresa dedicada a realizar excursiones a los sitios más turísticos del país.
 
Más información
– Embajada de Qatar. Paseo de la Castellana, 15, 5º, Madrid (28046). Teléfonos: 91 319 84 00 / 88 08. Fax: 91 319 66 19.
 
www.qatartourism.gov.qa
www.qatarairways.com.es
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