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Francisco Capella

Saramago y la justicia

¿Puede alguien ser tan necio como para comenzar una conferencia con una historia ejemplar y moralizante sin darse cuenta de que ésta en realidad sirve para desmontar los fundamentos de su argumentación posterior? José Saramago sí lo es. Como es premio Nobel de literatura, puede permitírselo. Y si su audiencia no es intelectualmente capaz ni exigente, como la de la clausura del Foro Social Mundial, pues tal vez nadie se dé cuenta.

A Saramago le preocupa la "injusticia globalizada". En eso coincide con muchos liberales. Lástima que nuestras concepciones de la justicia sean tan diferentes. Al menos la nuestra es coherente. Comienza su charla con el relato de un campesino que protesta ante la muerte de la justicia, ya que un rico señor sin escrúpulos está expoliando impunemente sus tierras. Parece ser que entonces la injusticia es que se viole el derecho de propiedad y que al agresor no le pase nada.

Saramago lamenta que hoy día la justicia sigue muerta, pero celebra la existencia de quienes tratan de revivirla, los "múltiples movimientos de resistencia y acción social que pugnan por el establecimiento de una nueva justicia distributiva". "Una justicia protegida por la libertad y el derecho", "basada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos", la cual podría sustituir a los programas de todos los partidos políticos de izquierda y de los sindicatos por la "rectitud de sus principios".

Parece que el concepto de justicia es para Saramago variable en el tiempo, dependiente de las modas. La justicia muerta de antes no es la que se intenta revivir ahora. Antes se trataba de defender el derecho de propiedad, ahora se trata de negarlo sistemáticamente, ya que en eso consiste la redistribución. La justicia distributiva es la negación de la libertad y el derecho, es como un muerto muy vivo, como la belleza fea, como la ética inmoral, como la rectitud torcida. En una cosa acierta plenamente: la Declaración Universal de los (falsos) Derechos Humanos es colectivismo en estado puro.

Lamenta también que los electores no puedan controlar "democráticamente" al poder económico, a las empresas multinacionales. ¿Ha probado a no comprar lo que esas empresas le ofrecen o es que le obligan de forma coactiva para que consuma sus productos? ¿Cree que los accionistas no tienen derecho a voto?


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