Agencias, medios escritos, televisiones y demás entes y entas de aleccionamiento llevan meses macerándonos en encuestas.
Todas o casi todas coinciden en que el PP será el partido más votado, pero ¿con qué porcentaje? ¿Cuántos diputados peperos alcanzarán la apartada orilla de los Elegidos?
Nuestros poetas difieren enérgicamente en la cifra, hasta el punto de jugarse el prestigio... y algo más:
CIENTO VEINTICINCO... O MÁS
por Fray Josepho
Escúcheme, franchute mentecato:
Rajoy puede pasar, de un solo brinco,
del torpe bucear de ornitorrinco
al vuelo supersónico del pato.
¡Quien no lo quiera ver está cegato!
¿No ve que están currando con ahínco?
Si no consiguen ciento veinticinco,
le salgo de garante en este trato.
¿Qué quiere como prenda y garantía?
¡No dude en apostar, por vida mía,
pues no me haré ni el nórdico ni el sordo!
¿Que ofrezca algo valioso como cebo?
Por mí no va a quedar: ¡me juego un huevo!
¿Que cuál? Pues el izquierdo, que es más gordo.
¿CIENTO VEINTICINCO? NI JARTOS
por Monsieur de Sans-Foy
No sé si se pensiona y se subsidia
la suerte del estúpido mancebo
que viene a derrotarme en esta lidia
y sale, por idiota, sin un huevo.
Tu sorna, tu soberbia y tu perfidia
concurren para hacerte un hombre nuevo:
tu próxima y doliente monorquidia
te acerca a los capones de recebo.
Si pierdo, te aseguro que, a horcajadas,
te subo en procesión por las Calzadas,
directo hasta la Virgen de Begoña.
Apuesto, con el riesgo que ello implica:
que el peso de tu carne, lo duplica
el peso de la ropa... y de la roña.