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Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy

No a la misa en RTVE

¡Salta la sorpresa! Sans-Foy y ¡Fray! Josepho, alineados con Pablo Iglesias en tan crucial (¡!) asunto.

En estos últimos días, Podemos ha generado una fatigosa polémica sobre la conveniencia de mantener la misa en RTVE.

Escuchar al Líder Supremo y saltar nuestros poetas ha sido todo uno. Lo curioso del caso es que ambos dos se pronuncian en contra de la misa televisada.

¿De dónde viene tanta hostilidad? Parece que Sans-Foy no perdona a los jesuitas de su infancia que le afearan su tendencia a hablar en clase, y Fray Josepho se la tiene jurada al abad del convento por ser tan radical con el asunto de la castidad.

Lo cierto es que, si bien ninguno de los dos ha querido romper una lanza en favor de la la misa por televisión, sus razones son tan controvertidas comme d’habitude.

Lean y opinen, queridos lectores.

¡ABAJO EL CLERO!
por Monsieur de Sans-Foy

En eso estoy de acuerdo, no cabe discrepancia:
la misa es lo más tétrico de la televisión:
recrimina a los jóvenes, alecciona a la infancia,
y alborota a los progres sin ninguna razón.

¡Permitir que, en la tele, te predique un obispo!
¡Qué manera tan cutre de ofender al islam!
Asomar una monja... y enseguida me crispo,
(de no ser la admirable sor Lucía Caram).

¡Que eliminen la misa, porque no nos conviene
que la Izquierda supure del conducto biliar!
¿No es mejor una serie sobre niñas con pene
y chavales con vulva, que nos dé qué pensar?

Qué bonito sería si, en lugar de doctrina,
ofreciéndonos algo que interesa al país,
Fray Josepho saliera, como el padre Mundina...
y enseñara su hermosa plantación de hachís.

NO HAY DISCULPA PARA FALTAR A MISA
por Fray Josepho

Mesié, no discrepo. Mesié, no rebato.
Mesié, por un día, le doy la razón.
La misa en la tele también la combato.
También reivindico su eliminación.

¿Por qué, siendo fraile, mi clara postura?
¿Resulta confusa mi tesis de hoy?
Pues no es tan difícil. Soy fraile, no cura.
Recibo las misas. Pero no las doy.

Si estás en tu casa, la misa no cuenta.
Ancianos y enfermos, dejad de fingir.
Decidle a algún nieto, o a vuestra sirvienta,
que os lleve a la iglesia. ¡Tenéis que salir!

No importa hemiplejia, no importa parálisis,
no importan achaques ni indisposición.
No deis por disculpa lo de la diálisis.
Más vale la misa que un triste riñón.

Quien quiera salvarse, que vaya a la iglesia.
Que mueva su culo. Que active sus pies.
O que lo transporten por telequinesia.
Caramba, qué menos. Que muestre interés.

Si llueve, que llueva. Si nieva, que nieve.
¿A quién coño importa que sople huracán?
Dejad los melindres. Se puede y se debe.
Que aquí hay mucho zángano y mucho haragán.

Si alguno se muere, pues bien, ¿qué es la vida?
Tan solo es un tránsito (con contras y pros).
Si os llega ese trámite, pasadlo en seguida.
Palmad, por lo menos, en gracia de Dios.

En España

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