Mucha es la presión a la que está sometido el presidente en funciones: tertulianos, periodistas, la oposición, el partido... Todo pichichi cree saber lo que tiene que hacer Rajoy. La vida se ha vuelto un zarzal para el hombre que bien pudo ser molusco. Tan solo en la intimidad del hogar está don Mariano a salvo de presiones. ¿O ni siquiera allí?
EL HIJO DE RAJOY LE HABLA A SU PADRE
por Fray Josepho
Tú sabes que te apoyo. Tú sabes que te quiero.
Tú sabes que te admiro. Lo sabes bien, papá.
Respeto tus asuntos, y nunca te interfiero,
pero hoy te hago la súplica de que lo dejes ya.
¡La gente no te quiere!... Papá, por ser preciso,
quererte, te queremos mamá, mi hermano y yo.
Dejemos La Moncloa. Vayámonos a un piso.
Ahora es el momento. ¿Papito, por qué no?
Las cosas en política son duras y complejas,
y tú para esos líos ya estás algo mayor.
Si estás más tiempo en casa, me puedes dar collejas,
mirando los partidos en el televisor.
Me gustan tus collejas, porque las das flojito.
En cambio, a ti te atizan muy fuerte y sin parar.
Me mandan memes tuyos... Papá, te lo repito:
más vale que lo dejes. Si no, te van a echar.
HABLA VIRI
por Monsieur de Sans-Foy
Yo nunca me he metido en tu trabajo,
Mariano, porque sé que te emociona;
que sueñas con quedarte en la poltrona,
tocándote los huevos a destajo.
Que estés meditabundo y cabizbajo,
lo paso, porque sé que te obsesiona
que el Sánchez te prepare la encerrona,
segándote la hierba por debajo.
No es eso lo que a mí me encalabrina:
me paso la mañana en la cocina,
detrás de estas alubias con almejas...
¿y metes la cuchara distraído,
pensando en caralladas del Partido?
¡Si vas a estar así, mejor lo dejas!