Una juez de Zamora, a puerta cerrada, ha condenado a Hermann Tertsch por contar las actividades criminales del abuelo de Pablo Iglesias en la Guerra Civil. Sobre lo injusto de la sentencia (que Tertsch ha anunciado que va a recurrir) no voy a decir nada, porque ya lo ha hecho aquí Federico Jiménez Losantos.
El caso es que el abuelo paterno de Pablo Iglesias fue condenado a muerte al acabar la guerra, pero inmediatamente le fue conmutada la pena por 30 años de cárcel, de los que solo cumplió cinco. Al salir de prisión, le dieron un puesto en el Ministerio de Trabajo, dirigido por el falangista Girón de Velasco, donde desarrolló una provechosa carrera profesional que le permitió dar estudios universitarios a sus seis hijos.
Cuánto sufrió el abuelo de Pablemos
bregando sin parar para el Caudillo.
Cuánto sufrió el abuelo, pobrecillo.
Cómo pudo llegar a esos extremos.
Cuánto sufrió el abuelo. Pues pensemos
en la pasta que entraba en su bolsillo.
Cuánto sufrió teniendo dinerillo
y criando a su prole. No sabemos.
Cuánto sufrió. Imagínense qué asco:
currar para Girón (el de Velasco),
y ser todo un rojazo de siniestra.
Cuánto sufrió. Qué largo ese periodo
de nómina mensual y, sobre todo,
de dieciochos de julio con la extra.