Hace seis años, el 4 de agosto de 2002, la banda terrorista ETA puso una bomba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola (Alicante). Cuarenta personas resultaron heridas y hubo dos muertos: Cecilio Gallego Alarias, de 57 años, que estaba en la parada de autobús colindante, y la hija de un guardia civil, Silvia Martínez Santiago, de sólo seis años, que a esa hora jugaba en su habitación.
Los lectores de Libertad Digital quizá recuerden la estremecedora carta abierta que la madre de Silvia, Toñi Santiago —una española de una pieza—, le escribió hace dos años a José Luis Rodríguez Zapatero. Este soneto alejandrino quiere ser un homenaje a Silvia, así como a su familia y a todas las víctimas del terrorismo.
Seis años han pasado de atormentados días.
Seis años malheridos por la desolación.
Seis años. Ay, Dios mío: los mismos que tenías
en el instante brusco de la detonación.
Seis años han pasado de politiquerías.
Seis años de ruindades y desesperación.
Seis años desde cuando fijaron que serías
un argumento válido de la negociación.
Seis años de aquel día de muerte en Santa Pola.
Seis años solamente porque eras española
e hija, para colmo, de un buen guardia civil.
Seis años de desánimo, de luto y de tristeza.
Seis años. Si nos oyes, que sepas con certeza
que no te olvidaremos así que pasen mil.