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Fundación Heritage

Obama anda desaparecido

Obama cada vez está más desaparecido en combate o centrado en problemas menos importantes.

Mientras el mundo arde alrededor del presidente Obama, éste se dedica a jugar al golf, recaudar fondos y emitir órdenes ejecutivas innecesarias relativas a la orientación sexual y la identidad de género.

Tanto en casa como en el exterior y en lo que respecta a los grandes temas, Obama cada vez está más desaparecido en combate o centrado en problemas menos importantes.

Veamos por ejemplo la crisis fronteriza. Esta semana supimos que Obama y compañía hicieron caso omiso durante los últimos dos años de múltiples señales de advertencia relativas a que se estaba gestando una crisis.

Pero fue en 2012 cuando probablemente el equipo de Obama puso sus intereses (ganar las elecciones presidenciales y no querer aparecer como "duro contra los inmigrantes") por delante de las necesidades del país en cuanto a control de las fronteras y prevención de un enorme flujo de inmigrantes ilegales.

Y ahora que más de 50.000 niños sin acompañante y miles de adultos y familias más han cruzado la frontera, la estrategia de Obama para ponerse al día es tratar los síntomas, no arreglar el problema.

En un intento por parecer que está haciendo algo, Obama pidió al Congreso 4.300 millones de dólares en fondos de emergencia para abordar las cuestiones de seguridad y humanitarias en la frontera. Sin embargo, según la revisión de su solicitud hecha por la Oficina de Presupuesto del Congreso, la Administración está planeando gastar menos del 1% (25 millones) de esos fondos en 2014.

Resulta evidente que Obama se está mostrando perezoso incluso a la hora de poner en marcha su propio plan (que considero equivocado) de resolución de la crisis fronteriza, basado en arrojar dinero sobre el problema.

Y luego están los problemas de seguridad nacional y política exterior, que al parecer tan tediosos le resultan al presidente. Desde la escalada del conflicto entre Israel y Hamás al crecimiento de redes terroristas islamistas como el Estado Islámico en Irak y Siria, pasando por el constante acoso de Rusia a Ucrania, Obama parece estar "sufriendo un traumatismo geopolítico", tal y como dice el New York Times.

Quizás se deba a que cuando se lidera en la sombra no se lidera en ningún sitio, lo que obliga a reaccionar constantemente y, como parece ser en el caso de Obama, a estar cada vez menos involucrado. Obama parece completamente marginado e inseguro respecto a cómo tratar con algunos de los peores actores del panorama mundial. Supongo que es más fácil mantener la reserva del campo de golf y el calendario de eventos para recaudar fondos que calcular una estrategia para contener a Rusia y las amenazas terroristas de Oriente Medio.

Obama ha demostrado una tendencia a elegir y decidir en qué temas quiere involucrarse y el tiempo y la forma en los que quiere hacerlo. Desafortunadamente, así no es como funciona el mundo: ignorar los asuntos complicados no hace que éstos desaparezcan. Si Obama no quería tener que responder el teléfono a las tres de la mañana, no se debería haber postulado a presidente.

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