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Fundación Heritage

Phil Mickelson y su 'bogey' fiscal

Desde 2000 hasta 2010, California perdió en favor de Texas 80.000 contribuciones, por un valor de unos de 4.500 millones en ingresos fiscales.

El golfista profesional Phil Mickelson, uno de los muchos –aunque cada vez menos– ricos que viven en California, parece que se anotó un bogey cuando la semana pasada dio a entender que puede que el tipo impositivo marginal cercano al 60% que recae sobre los millonarios del lugar sea suficiente para hacer que huya hacia un estado con una presión fiscal inferior.

En noviembre California aprobó la Disposición 30, también conocida como el paquete de subidas de impuestos de los 6.000 millones de dólares anuales. Esta no es la primera vez en la historia reciente que este estado aumenta sus tipos impositivos máximos debido a su gasto descontrolado.

Sumándolo a las otras subidas de impuestos recientes, el tipo máximo de California es ahora del 13,3% (incluido el 1% del impuesto para servicios de salud mental sobre los ingresos superiores a 1 millón de dólares). Sume eso al 43,4% que paga Mickelson al Tío Sam y no le resultará difícil entender por qué el golfista está buscando un remedio al agobio que le suponen los elevados impuestos californianos.

Mickleson no es el único. De 2000 a 2010, California perdió alrededor de 380.000 contribuciones netas por un valor de 30.000 millones en ingresos fiscales (ingresos brutos ajustados).

Existen numerosos factores (por ejemplo, el entorno regulador estatal) que están causando que California pierda más unidades familiares de las que ganó durante la pasada década. Aunque el factor principal es la carga fiscal, especialmente cuando muchos estados las tienen significativamente más bajas. California tenía en 2010 la cuarta carga fiscal –estatal y local– más alta del país, mientras que para 2013 tendrá el tipo impositivo marginal efectivo sobre los ingresos salariales más alto: el 51,9%.

Texas tenía en 2010 la sexta carga fiscal estatal y local más baja, y en 2013 tendrá un tipo impositivo marginal efectivo sobre los ingresos salariales sustancialmente más bajo, un 42.8%. En total, desde el año 2000 hasta 2010, California perdió en favor de Texas cerca de 80.000 contribuciones, por un valor de alrededor de 4.500 millones en ingresos fiscales.

Hablando de golf: uno de los principales competidores de Mickelson, Tiger Woods, hace mucho que se trasladó desde California a Florida. Al igual que Texas, Florida tendrá en 2013 un tipo impositivo marginal efectivo del 42,8%, por tanto, significativamente menor que el de California.

El Gobierno federal debería sacar algunas lecciones de los errores de California. Pues aunque es improbable que los americanos con grandes ingresos huyan a otros países, estos acomodarán su comportamiento a medida que sus incentivos para trabajar e invertir continúen disminuyendo mientras suben los tipos impositivos.

La investigación sobre normativa realizada por la Fundación Heritage muestra que el incremento de esos tipos impositivos marginales a nivel federal reduce el crecimiento económico, y un crecimiento económico más lento se traduce en una recaudación tributaria significativamente menor. Es por eso por lo que subir los tipos impositivos no llegaría a recaudar las cantidades estimadas por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), el Comité Tributario Conjunto (JCT) y otras instituciones que utilizan modelos de medición estáticos.

Los responsables políticos federales necesitan recordar que aumentar los tipos impositivos marginales ralentizará la economía de Estados Unidos y que no van a resolver el desbalance fiscal de la nación con más subidas de impuestos. Es el momento de llevar el centro del debate hacia los niveles de gasto, particularmente los de los programas sociales.

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