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Wikileaks y Latinoamérica

El muy peligroso mundo real requiere que se tenga mano dura contra aquellos que violan las leyes de Estados Unidos. En cuanto a Latinoamérica, la mano débil de la administración Obama en el continente americano acaba de volverse aún más débil.

Los diplomáticos se han visto a menudo desacreditados como personas honradas enviadas al extranjero a mentir por el bien de sus países. Si la plétora de ataques desleales y peligrosos puestos en marcha por Wikileaks continúa y si la administración Obama no puede parar la sangría, los oficiales extranjeros y los diplomáticos de Estados Unidos pronto descubrirán que probablemente también tendrán que mentirle a Washington.

Wikileaks promete publicar miles de cables provenientes de embajadas de Estados Unidos en el continente americano, aunque solamente algunos cables parecen destacables. Reflejan el estado de ánimo de algunos miembros de nuestro cuerpo diplomático, analistas de inteligencia y oficiales consulares y de seguridad. Muchos de estos cables no son nada del otro mundo por lo general, aunque se hayan pintado en los medios de comunicación como escabrosos o sensacionalistas.

Un cable importante es el del 24 de julio de 2009, enviado por Hugo Llorens, embajador de Estados Unidos en Honduras, al Departamento de Estado. Expresa contundentemente su opinión y la de la embajada acerca de la destitución del presidente Manuel Zelaya en junio de 2009. Llorens denuncia los acontecimientos como un golpe de estado "ilegal" y en resumidas cuentas respalda el derecho de Zelaya a volver al poder. Hugo Chávez y Raúl Castro hicieron las mismas afirmaciones. El embajador dio sus razones en un informe semanas después de que Estados Unidos hubiera puesto en marcha un proceso de mediación entre Zelaya y el Gobierno provisional de Roberto Micheletti bajo los auspicios del presidente de Costa Rica, Oscar Arias. La embajada intentaba refutar un estudio legal elaborado por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos (CRS por sus siglas en inglés) y la difusión de este punto de vista sirvió probablemente para fortalecer la resistencia de Zelaya. Lo interesante es que Llorens sigue en su cargo en Tegucigalpa a pesar de su fuerte convicción con respecto a la "ilegalidad" del derrocamiento de Zelaya. El cable del mes de julio evidencia una administración que trabaja en sentidos encontrados.

En otros casos, la verdad pura y dura se dice sin rodeos. En París, un diplomático francés reconoce que Hugo Chávez de Venezuela está "convirtiendo a uno de los países más ricos de Latinoamérica en otro Zimbabwe". Los informes desde Caracas facilitaron una mejor perspectiva sobre la cara oculta de la inteligencia, el espionaje y la seguridad de la alianza Venezuela-Cuba así como las amenazas en materia de seguridad que representan para el personal de Estados Unidos que opera en el extranjero.

Desde Buenos Aires, donde Cristina Fernández de Kirchner y su fallecido esposo y ex presidente Nestor Kirchner han establecido una nueva versión del populismo peronista, trufado con abundante antiamericanismo, nos enteramos que los Kirchner son "extremadamente susceptibles e intolerantes a las críticas".

Se está haciendo mucho alboroto por un perfil solicitado por bajos mandos sobre la salud mental de la presidenta Fernández de Kirchner, una cuestión útil a la hora de determinar el liderazgo extranjero pero a duras penas es el tipo de investigación que llame la atención de la secretaría de Estado.

Que Brasil tiende a restarle importancia al terrorismo no es algo que nos deba de sorprender ya que intenta minimizar los potenciales vínculos con el terrorismo que recorren su territorio. Con todo, los afectos del presidente Lula da Silva por Irán son los que llenan las primeras planas.

Desde Puerto Príncipe, Haití, un cable revelado precisa que se considera al presidente René Preval como "indispensable pero difícil... y con una personalidad camaleónica", una evaluación que parece correcta tras el terremoto del 13 de enero.

El desafío para Estados Unidos en el arte de gobernar en la era moderna es recopilar datos (aunque sean incómodos), conocimiento de las personalidades (normales o anormales), versados juicios de opinión y reflexiones sensatas hechas de forma confidencial para así tomar las mejores decisiones de política que sirvan a los intereses nacionales de Estados Unidos y que protejan la seguridad americana.

La más reciente ronda de filtraciones tendrá un estremecedor efecto en en la diplomacia de Estados Unidos. Hará a que nuestros amigos sean menos sinceros (nuestros enemigos ya nos dejan saber públicamente lo que piensan y envuelven sus fechorías en el manto de secretismo). Esto hará que los diplomáticos americanos oculten sus fuentes o no sean tan explícitos en sus afirmaciones, que clasifiquen más informes como secretos, o que cada vez se comparta menos información entre las agencias.

Aunque puede que la administración Obama sienta un profundo apego por la "diplomacia abierta" de Woodrow Wilson, el muy peligroso mundo real requiere que se tenga mano dura contra aquellos que violan las leyes de Estados Unidos. En cuanto a Latinoamérica, la mano débil de la administración Obama en el continente americano acaba de volverse aún más débil.

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