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Gabriel Calzada

Por el pleno empleo en Andalucía

No importa que, como en el caso de Chaves, el mismo político haya demostrado una y otra vez su manifiesta incapacidad a la hora de gestionar cualquier cosa que no sea su cuenta corriente.

Manuel Chaves es el perfecto ejemplar de dinosaurio político que pulula a sus anchas en esta partitocracia omnipotente que sufrimos y sufragamos entre todos. Hace unos días se despertó, sacó su calculadora electoral y observó que había que ofrecer puestos de trabajo. Puestos a prometer empleos Chaves pensó, como lo haría cualquier político en este país, que lo mejor sería garantizar el pleno empleo para Andalucía. En cualquier otro lugar del mundo el político en cuestión se plantearía el ligero inconveniente que supone haber realizado esa promesa con anterioridad cosechando fracaso tras fracaso. Pero Spain is different y Andalucía más aún.

Hace diez años se cumplió el plazo que dio Chaves para la consecución del pleno empleo en toda España siendo ministro de Trabajo socialista y los habían estado esperando sólo encontraron nuevas promesas. Ahora vuelve a prometer más de lo mismo y nos cuenta que el gran momento ocurrirá entre 2013 y 2015. Asombroso, ¿verdad? Pues habrá muchos que se queden esperando a esa fecha. El mundo imaginario de los politicastros se sustenta en dos pilares fundamentales. Por un lado la nefasta realidad de la educación pública ayuda a difundir los bulos y las falacias económicas que venden quienes quieren aferrarse al poder. Esto, por desgracia, no es un endemismo andaluz ni español. Por otro lado, en nuestro país la esfera de lo estatal y lo subvencionado parece haber succionado el resto de la sociedad civil dejando pocas áreas fuera de la larga mano del Gobierno de turno.

Vayamos por partes. La idea de que los políticos pueden realizar grandes gestas económicas por el bien de la sociedad es tan falsa como antigua es su refutación. Los individuos son los que mejor saben cuáles son sus sueños, la importancia que le dan y la mejor manera de gastar los menguantes euros que han ganado con su trabajo. Ningún político o comité de burrócratas será jamás capaz de superar los resultados que manan de las relaciones libres entre individuos. No es que sean tontos, es que son unos estúpidos arrogantes que creen saber mejor que los propios interesados cómo gobernar sus vidas. Lograr pleno empleo no tiene ningún misterio. Basta con un decreto ministerial. Lo que ya resulta más complicado es lograr que todo el mundo trabaje en la producción de cosas útiles. Las grandes gestas económicas las consiguen los individuos a pesar de quienes les gobiernan. Lo mejor que puede hacer el Gobierno para observar cómo los individuos se procuran empleo y todo tipo de bienes en tiempo record es dejar de estorbar.

Sin embargo, la falacia de la omnipotencia gubernamental cuela una y otra vez en España. No importa que, como en el caso de Chaves, el mismo político haya demostrado una y otra vez su manifiesta incapacidad a la hora de gestionar cualquier cosa que no sea su cuenta corriente. Pero es que cuando más de la mitad de la población acude diariamente al abrevadero del dinero público y los impuestos de quienes se dedican a producir para el resto son gastados en grandes altavoces y pantallas mediáticas, es comprensible que la gente crea en todo tipo promesas delirantes. Andalucía lo que necesita son menos promesas, menos intervencionismo gubernamental y más libertad. Bajo esas circunstancias los andaluces lograrían el pleno empleo. No sé cuándo, pero seguro que mucho antes de 2013.

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