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Gabriel Moris

Carta abierta al presidente del Congreso de los Diputados

Usted se equivoca. Sí era necesaria una Comisión que investigara el 11-M. Y sigue siendo necesaria.

Señor Marín,

Como víctimas del mayor atentado que hemos sufrido en España queremos expresarle nuestra impotencia y frustración. El próximo 14 de enero se disolverán las Cortes que usted ha presidido sin responder a las innumerables incógnitas que envuelven la masacre que destrozó nuestras vidas.

No pretendemos ser activistas políticos, pero como víctimas del 11-M queremos expresarle que no entendemos por qué tras el once de marzo de 2004, el terrorismo –que era un enemigo común al margen del color político– se utiliza como fuente de división y de intriga. No creemos que fuera ése el objetivo de los votos que se depositaron en las urnas y que sirvieron para formar la Cámara que usted ha presidido. Muy al contrario, entendemos que el resultado de las urnas expresaba el deseo de los españoles de profundizar en el esclarecimientodelaverdad y en la unión de los dos grandes partidos para, desde ella, enfrentar a los que nos quieren doblegar sirviéndose del crimen y la amenaza.

Jamás olvidaremos el comportamiento de casitoda la sociedad española en los momentos más trágicos de nuestra vida. No descubrimos nada nuevo. Nuestro pueblo, unido y cohesionado, siempre ha demostrado estar con los que más sufren. Sin embargo, casi cuatro años después de la masacre, nuestra situación y nuestra interpretación de la misma han cambiado drásticamente. Los hechos transcurren por derroteros que, en el mejor de los casos, y desde las más benévolas interpretaciones de los mismos, van en dirección contraria a lo que nosotros creemos que tendrían que orientarse.

Señor Marín; según ha declarado usted recientemente, la comisión de investigación que trató de investigar el 11-M fue innecesaria. No es cierto. A pesar de que no respondió a nuestras expectativas no podemos coincidir con usted. Siempre es necesario tratar de explicar lo inexplicable con intención de corregir los errores que ayudaron a que la barbarie destrozara nuestra vida. No sólo entonces era necesario investigar, también lo es ahora; más, cuando lo que supuestamente se creó para investigar se cerró desde la división y la falta de la más mínima y coherente de las explicaciones a las que, como víctimas, tenemos derecho.

La Comisión que ahora usted califica de innecesaria, se clausuró en contra del sentir de muchísimos de nosotros, que desde el estupor y la impotencia hemos visto cómo, lejos de depurar responsabilidades, se han producido ascensos y premios totalmente injustificados. Nadie nos ha podido explicar cómo desde una eficacia policial del cien por cien se pudo pasar a una ineficacia en la misma medida. Los nombres y los hechos concretos se pueden encontrar en los medios de comunicación. Sin embargo, en lugar de preguntarles por sus errores, se ha premiado a muchos de los que, aún no sabemos por qué, no pudieron evitar la masacre. No lo entendemos. Ni nosotros como víctimas, ni muchos de los ciudadanos que nos expresan su apoyo.

No sabemos por qué, pero creemos que sus señorías han preferido no conocer la verdad, o, al menos, no difundirla. A nosotros la verdad no nos hará daño. Necesitamos saber. Tenemos derecho a saber. Lo que nos daña es la mentira. Lo que nos daña es que no se investigue la masacre que mató a nuestros hijos. Queremos que no se repita. Y a usted ha de constarle que, si no se investiga, y sus señorías no lo han investigado, los atentados pueden volver a servir de arma electoral.

Por lo que sabemos usted no volverá a presidir el Congreso de los Diputados. Le deseamos lo mejor. Como habrá podido leer, no le exigimos nada, sólo quisimos expresarle, como pudo leer al principio de esta carta, nuestra impotencia y nuestra frustración. Usted se equivoca. Sí era necesaria una Comisión que investigara el 11-M. Y sigue siendo necesaria. Hasta ahora, sus señorías han preferido no responder a nuestras preguntas y no depurar responsabilidades, pero eso no impedirá que nosotros continuemos preguntando y exigiendo lo que como víctimas merecemos. No es sólo nuestro derecho, es también nuestra obligación. Muy pronto comenzará una nueva legislatura. También entonces será necesaria una Comisión que nos ayude a saber quiénes, cuándo y por qué decidieron asesinar a 192 inocentes y herir a casi 1900.

Atentamente,

Gabriel Moris y Mª Pilar Crespo, víctimas del Terrorismo.

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