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Al Qaida. Golpe a la financiación desde España

Las detenciones del 27 de septiembre son importantes porque la financiación exterior del terrorismo de AQMI está siendo destacada por las autoridades argelinas como una de las causas principales de su reciente revitalización.

A las detenciones de dos marroquíes producidas en agosto –en las provincias de Cádiz y Barcelona– y a la de un cubano el 20 de septiembre en Mallorca, relacionados todos ellos con el terrorismo yihadista, se añaden las de cinco argelinos arrestados en las provincias de Guipúzcoa y de Navarra el 27 de septiembre. Estas últimas son especialmente importantes por un doble motivo: primero, porque están relacionadas con actividades de financiación, aparte de las de proselitismo que son el motivo más habitual por el que se realizan detenciones; y segundo, porque se trata de argelinos que están acusados de coadyuvar al activismo de Al Qaida en las Tierras del Magreb Islámico (AQMI) en su país de origen.

AQMI está ejecutando atentados a un ritmo tal en el norte argelino que se están encendiendo muchas alarmas, tanto en el país como en el exterior. Según acaba de hacer público este mismo mes de septiembre un estudio publicado por el Centro de Contraterrorismo de la Academia Militar estadounidense de West Point, en julio y agosto se han producido en el norte de Argelia 23 ataques terroristas: cuatro de ellos suicidas, y 6 consistentes en acciones de ametrallamiento de unidades policiales y militares. Y los otros 13 ataques en los que se han empleado los nefastos artefactos explosivos improvisados –IDE, en sus siglas en inglés– tan frecuentes en escenarios como Irak o Afganistán. Vemos pues que el ‘modus operandi’ de AQMI es cada vez más el habitual de Al Qaida y de sus franquicias más destacables, tendencia esta que llevamos largo tiempo destacando en nuestros análisis sobre terrorismo yihadista salafista.

Volviendo a las detenciones del 27 de septiembre –realizadas por la Guardia Civil en dos localidades navarras, Pamplona y Berriozar; y dos vascas, Irún y Legorreta– son importantes porque la financiación exterior del terrorismo de AQMI está siendo destacada por las autoridades argelinas como una de las causas principales de su reciente revitalización. Las otras causas son, en primer lugar, la fluidez con la que llegan al sur de Argelia armas y explosivos procedentes del vecino escenario de guerra civil en Libia. Y en segundo lugar, las fuentes de financiación de los terroristas yihadistas de esta franquicia magrebí de Al Qaida, que utilizan y aprovechan tráficos ilícitos (de seres humanos, de productos robados, de armas y de drogas, entre otros) y realizando secuestros en el Sahel. Recordando a nuestros tres cooperantes en su día secuestrados, y el jugoso rescate que se pagó por ellos, conviene no olvidar que cuatro franceses y una italiana siguen en manos de AQMI: los franceses desde hace ya un año. La detención anunciada por el Ministerio del Interior marroquí el 23 de septiembre de tres individuos que trataban de incorporarse a AQMI, y a los que se relaciona con un denominado escuadrón ‘Al Battar’, no hace sino confirmar la ubicuidad –y el dinamismo- del terrorismo islamista tanto en nuestro entorno como en nuestro propio suelo.

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