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Aló presidente, adiós presidente

No teniendo aún el poderío convencional para desafiar a EEUU, el incómodo caudillo cree que un puesto en el Consejo sería la tribuna ideal para luchar contra el imperialismo norteamericano. Pero sus bufonadas le pueden pasar factura.

Se ha cancelado la venta de los aviones de EADS-CASA a Venezuela –que según nuestro gobierno cumple con las normas de comercio, buen comportamiento y buena conducta– debido al encarecimiento de los aparatos ante la negativa de Estados Unidos de permitir utilizar su tecnología. Unos aviones que según Chávez y Zapatero servirían para la lucha contra el narcotráfico y la violencia de los grupos armados en la frontera venezolana, una información que se contradice con el continuo bloqueo por parte de Caracas de la cooperación antidroga en América Latina y con los nexos del dictador con la guerrilla colombiana. Se buscó la sustitución del material estadounidense por otro europeo pero requería una modificación cuyo costo era prohibitivo. Pero ahí está Moratinos para animarnos recordándonos que, sin embargo, el contrato de los amigos venezolanos con Navantia sigue adelante.

De todas formas, Chávez no se queda con las manos vacías. Rusia le ha prometido el suministro de 100.000 Kalashnikov –y la puesta en marcha de una fábrica en la localidad de Maracay–, 24 cazas, lanchas patrulleras e incluso cabe la posibilidad de un submarino. De China ha obtenido 3 radares móviles tridimensionales de largo alcance y planea invertir más de 30.000 millones de petrodólares en los próximos 6 años para más material militar, todo para defenderse de una supuesta invasión norteamericana. Una majadería que le ha servido como excusa para activar el Comando General de Reserva Militar y Movilización, casi un millón de hombres que hacen soñar a Chávez con lo que él denomina indistintamente "guerra de todo el pueblo", conflicto asimétrico, de cuarta generación o irregular. Muchos sostienen que no es para tanto, que las adquisiciones militares están por debajo de las de otros países de América Latina, y ni qué decir del resto del mundo. Pero inquieta que en cuestión de segundos esté en Moscú comprando armas, en Pekín prometiendo aumentar sus ventas de petróleo y en Damasco y Teherán amenazando con cavar junto a sus dos amigos la fosa del imperialismo norteamericano. Y entre medias tiene tiempo para visitar capitales asiáticas y africanas en su campaña para recaudar votos para un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

No teniendo aún el poderío convencional para desafiar a EEUU, el incómodo caudillo cree que un puesto en el Consejo sería la tribuna ideal para luchar contra el imperialismo norteamericano. Pero sus bufonadas le pueden pasar factura. Su reciente intervención en la Asamblea General de la ONU, en la que llamó diablo al presidente Bush, provocó muchas críticas que probablemente le harán perder tan ansiado asiento, muy a pesar de nuestro gobierno. Y eso que España apoya a Guatemala, aunque sólo sea porque llegó primero para pedir el voto. Moratinos subraya que este hecho no interfiere en las relaciones con sus amigos venezolanos. Seguro que sigue riéndole las gracias a Chávez, así como sus chantajes con el petróleo, su apoyo al programa nuclear de Irán y la cálida acogida a los terroristas de ETA. Esperemos que no haga tanta gracia a nuestro gobierno que el índice de pobreza entre la población venezolana ronde el 50 por ciento, que el 80 por ciento no pueda costearse el alimento diario y que crezca el número de homicidios tanto como el de funcionarios corruptos.

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