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El tsunami que hace la ola

En lugar de dar la cara en Madrid, todavía capital de España, se marca una gira por el sitio más lejano que puede justificar, Afganistán.

El JEMAD, Gral. Félix Sanz Roldán, que sabe que la guerra no es cosa de niños, no ha secundado a sus superiores políticos y no hizo la ola. A los soldados se les perdona porque no es sino una manifestación de alegría en medio de un ambiente complicado y hostil en el que ya han perdido a 17 compañeros hace pocos meses. Las risas de quien les ha enviado allí, alegremente, son menos admisibles. Ellos no se juegan la vida, sólo la foto.

Es verdad que no hay que dramatizar gratuitamente. Pero esta visita relámpago del presidente de Gobierno y de los recién allegados Moratinos y Bono no deja de ser un esperpento. Para empezar conviene recordar cómo Rodríguez Zapatero arremetió contra José María Aznar cuando éste viajó a Irak sin hacerlo público hasta que estuvo allí. Las razones de seguridad que ahora se aducen –teóricamente en un terreno menos conflictivo según defiende el gobierno día si y día también– no eran de aplicabilidad o no justificaban la reserva de entonces. El secretismo de ahora sí está ampliamente legitimado. Eso se llama doble rasero, cuando menos.

La segunda cuestión estriba en la idoneidad de la visita en estos momentos, justo cuando el flamante presidente español se vanagloria de haber logrado que España sea el principal perdedor en la negociación de los fondos de la UE. En lugar de dar la cara en Madrid, todavía capital de España, se marca una gira por el sitio más lejano que puede justificar, Afganistán. Pero lo hace con tan mala planificación que su visita coincide con un gran acto a favor de la democracia en Kabul bajo la presencia de Dick Cheney. Ciertamente, a nadie de Moncloa le importa que ZP no tenga ni una línea ni en la prensa internacional ni en la local de allí, estando como estaba su objetivo en copar titulares y espacio en la prensa española. Para el secretario de comunicación no hay nada que no sea distracción.

Zapatero ha hecho la ola, pero su dejación de los intereses nacionales es un auténtico tsunami que nos va a destrozar la economía, sobre todo la de ciertas regiones, casualmente gobernadas por el PP. Los voceros de ZP dicen que los españoles deberíamos sentirnos orgullosos de estar por encima del 90% de la media de riqueza comunitaria, como estamos ahora, pero callan que ese aumento sólo es estadístico, causado por la incorporación de los nuevos países centroeuropeos. Los ricos son más ricos, pero la realidad es que España sigue siendo la misma que hace dos años. Es más, la convergencia de España con la UE se produjo no bajo Felipe González, sino un punto por cada año de gobierno del PP. También se dice que José María Aznar había ya cedido lo que ahora no ha sabido negociar el presidente socialista y sonriente, pero son incapaces de decir cuándo y cómo se produjo ese supuesto abandono. Una pieza más de la mentira sectaria del PSOE. Zapatero hace la ola en Afganistán. Los españoles sufrimos su tsunami. Bobo sería no decirle lo malo que es.

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