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Las víctimas del proceso

Es de esperar que los próximos atentados de ETA sigan centrándose en aquellos que con mayor firmeza se han opuesto al proceso de negociación iniciado por Zapatero

Con el atentado contra el puesto de la Guardia Civil en Durango, ETA está intentando remover uno de los obstáculos del frustrado proceso de negociación con el Gobierno de Zapatero. En el análisis de ETA, este proceso se ha frustrado porque el Gobierno no ha sido capaz de someter algunos elementos institucionales, jurídicos y políticos que le han impedido cumplir los compromisos que había suscrito con la banda. La estrategia de ETA es, por tanto, eliminar esos obstáculos para poder iniciar un nuevo proceso de negociación con mayores garantías.

No es casual por tanto que el primer gran atentado tras el anuncio de la ruptura de su ficticio alto el fuego haya tenido como objetivo un cuartel de la Guardia Civil. La Benemérita es sin duda la institución que a lo largo de la historia más daño ha causado a la banda terrorista y por esta razón el colectivo que más duramente ha sentido en sus carnes el zarpazo del terror.

Pero más allá de razones históricas, la Guardia Civil es considerada por la banda terrorista como uno de los principales obstáculos que han impedido llevar a buen puerto el proceso de negociación en el que los asesinos esperaban poder doblegar al fin al Gobierno español.

La Guardia Civil ha seguido de hecho trabajando en contra de ETA durante los últimos meses como si el proceso negociador no hubiera existido, haciendo oídos sordos a las insinuaciones que le llegaban desde el poder político para que levantara el pie del acelerador, jugándose con ello muchas carreras profesionales y enfrentándose en numerosas ocasiones a una Fiscalía General del Estado completamente entregada a las instrucciones de La Moncloa.

Gracias a esa perseverancia, a su profesionalidad y a ese saber anteponer el deber a la servidumbre política, la Guardia Civil ha podido salvar muchas vidas en los últimos meses, frustrando en buena medida la campaña de atentados que ETA tenía programada tras el final de su supuesta tregua.

Es de esperar que los próximos atentados de ETA sigan centrándose en aquellos que con mayor firmeza se han opuesto al proceso de negociación iniciado por Zapatero, ya sean servidores de las fuerzas de seguridad o de la justicia, políticos críticos con el proceso, periodistas o líderes de colectivos cívicos que se hayan destacado en su oposición a la negociación. Con esas muertes ETA no sólo intentará eliminar obstáculos para avanzar en el proceso, sino incentivando a Zapatero para que vuelva a la mesa de negociación.

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