Retomada su agenda como ministra de Defensa tras ser golpeada por Rubalcaba, Chacón se pasea por las Seychelles presumiendo de misión militar en el Índico. Pero Atalanta es sobre todo la misión de las negativas y las rectificaciones. Y el Gobierno socialista y la ministra Chacón han ido siempre uno o varios pasos por detrás de lo que las circunstancias exigían.
El objetivo del despliegue militar en el Índico es amparar y proteger a las embarcaciones y tripulantes que llevan a cabo su actividad en aquel mar del acoso de los piratas. Una misión que en un principio los socialistas no reconocieron como asunto de Estado. Y eso a pesar de que desde 2005 los armadores de los barcos españoles les venían reclamando ayuda. El PSOE llegó a votar en 2007 en contra de una iniciativa del Congreso que instaba al Gobierno a desplegar una fragata en el borde de las 200 millas jurisdiccionales de Somalia. El Gobierno concluyó que debían ser otros los que protegieran las embarcaciones españolas.
Tuvo que producirse el secuestro del atunero Playa de Bakio para que el Ejecutivo rectificara su posición inicial, aunque su reacción fuera mal y tarde. Chacón empezó entonces a erigirse como líder en la lucha contra la piratería, subrayando la celeridad con la que el Gobierno y su ministerio promovían ciertas iniciativas para actuar contra estos delincuentes. La realidad era otra: falta de claridad sobre cómo protegerse de los piratas somalíes, y tiras y aflojas con los armadores sobre la mejor manera de hacerlo. Atalanta no era la solución puesto que el objetivo principal de la misión de la Unión Europea es la protección de los barcos del Programa Mundial de Alimentos así como los buques mercantes: pero no los atuneros españoles.
Fue un nuevo secuestro, el del Alakrana, quien volvió a poner en evidencia a Chacón, que esta vez tuvo que volver a rectificar para que los recursos militares protegieran a los pesqueros, como todos pedían. Más tarde llegó la decisión de subvencionar la seguridad privada de los buques tras negar la presencia de infantes de marina a bordo, y permitir el uso armamento de guerra a bordo, decisión que por supuesto inicialmente negó. Ahora la ministra ha ido más allá y las Fuerzas Armadas han empezado a adiestrar a la seguridad privada que se embarcará en los atuneros
Su viaje a los paradisíacos mares estaba inicialmente previsto para febrero. Por entonces Chacón subrayó que España debía ajustarse a las reglas de las Islas Seychelles que impiden a los barcos llevar armas pesadas. Ahora negocia la manera de hacerlo a cambio de formar en las islas una guardia costera.
Carmen Chacón presume y asume como propio el modelo español en la lucha contra la piratería. Olvida las constantes rectificaciones de posturas que cuando menos han trasmitido desconcierto, sin olvidar la mala gestión de los secuestros y el pago de los rescates. Desde luego no ha perdido su afán protagonista. ¿Qué pensará Rubalcaba, vicepresidente del Gobierno de Chacón?