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Qué fue de la presidencia europea

La realidad tiene unas reglas que si se vulneran traen consecuencias: en lo económico, en lo político y en lo moral. Hasta aquí nos ha llevado esta orgía de transgresiones. Z, sigue que vas bien: gloriosa presidencia, gloriosa.

Sí, recuerden, era eso que iba a terminar con un acontecimiento planetario. 

Los objetivos eran iniciar la recuperación económica y mejorar la presencia internacional, para lo que el argumento clave era la derogación de la posición común europea hacia Cuba que vinculaba cualquier relación a la mejora de los derechos humanos.

La crisis económica se ahonda sin que se tomen las medidas que podrían revertirla y ha muerto Orlando Zapata Tamayo, un preso político de Castro, en huelga de hambre.

Menos mal que Z siempre se planteó la presidencia como un modo de propaganda, porque como hubiera pretendido lograr resultados...

Pero estas catástrofes son significativas. Hace diez años la UE se puso como objetivo ser la zona más competitiva del planeta. Casi ningún país hizo caso. Para evitar que las naciones hicieran de su capa un sayo, ahora las reformas iban a ser obligatorias y se sancionarían las heterodoxias. Y esto lo decía Z sentado sobre un 12% de déficit.

Sin embargo, la mayor parte de los países europeos no quieren vivir en la zona más próspera y competitiva del planeta, porque no están dispuestos a hacer el más mínimo esfuerzo. Lo que quieren es lo que Van Rompuy ha llamado el European Way of Life es decir: salir de esta para poder seguir pagando los Estados de Bienestar que están a punto de quebrar.

La declinante demografía hace insostenible el Estado de Bienestar en especial en lo que se refiere a gasto sanitario y pensiones. El caso de las pensiones es palmario por falta de contribuyentes. No, si al final iba a tener razón Pablo VI y su Humanae Vitae, pero ni siquiera por razones religiosas, sino por razones económicas.

Alemania tampoco tiene tantas ganas de quedarse con las economías sureñas, principalmente porque aunque no le importaría mandar un rato para imponer algo de ortodoxia económica, no le apetece que la traten como los sindicatos españoles al socialista que dirige el Banco de España, o a Aznar y Esperanza Aguirre que son odiados por haber permitido que los españoles trabajaran libremente sin deberle el sueldo a quien les exija sumisión total. Así que una de las posibilidades que se está estudiando, no es broma, es el euro B, en el que, no quepa duda, iba a estar España.

El parasitismo, que es la palabra adecuada para definir el socialismo al menos desde Bastiat, ha dado su medida, y se ha cargado los organismos que parasitaba. Muerta la gallina de los huevos de oro, los sindicatos siguen queriendo chupar de los pechos yermos del Estado de Bienestar. Qué tal si empezamos por cumplir el tratado de Maastricht y las cuatro libres circulaciones, en lugar de inventar nuevos tratados para hacer como que nos movemos, y de paso, nos comportamos como si hubiera una realidad a nuestro alrededor en lugar de una inmensa demagogia empobrecedora: que es otra definición del socialismo.

Y por ponerle una guinda a este pastel: cuando caduca el modelo económico, bajan las bolsas, el euro se va al garete, Obama no viene ni por asomo, en la UE no pierden el humor de hacer cómo que influyen en asuntos internacionales y le dan un pescozón a Israel porque hay un terrorista de Hamás muerto en Dubai y dicen, los sabuesos europeos, que han sido los judíos con pasaportes europeos. Y oye son los únicos con los que no se escucha la perenne coletilla de presuntos.

La realidad tiene unas reglas que si se vulneran traen consecuencias: en lo económico, en lo político y en lo moral. Hasta aquí nos ha llevado esta orgía de transgresiones. Z, sigue que vas bien: gloriosa presidencia, gloriosa. 

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