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Zapatero responde

Norteamericanos, canadienses o británicos informan periódicamente a sus ciudadanos sobre su misión afgana, y sus primeros ministros dan la cara. Zapatero nunca debió ser diferente. Y desde luego no debe serlo a partir de ahora.

Más vale tarde que nunca. Zapatero debe responder a preguntas sobre Afganistán a las que nunca hasta ahora ha respondido, en parte porque nadie se lo ha exigido. Bienvenida sea su comparecencia, si sacamos algo en claro. Tras ella, los españoles deberíamos tener claras, al menos, tres tipos de cuestiones. Sobre todas ellas destaca una: ¿es consciente el Gobierno –y la oposición, por cierto– de lo que nos jugamos en Afganistán?

Las primeras cuestiones hacen referencia al objetivo político por el que los soldados españoles matan y mueren en Afganistán. Lo primero que debiera aclarar Zapatero es su postura respecto al motivo que llevó a España a aquel país: hasta su llegada en 2004, estuvo claro: dar a los afganos un régimen de libertades y luchar contra el terrorismo. Respecto a lo primero, si está de acuerdo debería explicar entonces por qué abandonó a los iraquíes y puso fin a una intervención en Irak que estuvo amparada por tres resoluciones de las Naciones Unidas –la 1441 del año 2002, la 1483 del año 2003 y la 1511 también del 2003– y que buscaba para los iraquíes lo mismo que para los afganos: democracia. Respecto a lo segundo, Zapatero debiera responder por qué negocia con terroristas de Al Qaeda en el Sahel pero los combate en Afganistán, así como el estado de otras misiones que se realizan en zonas con grupos terroristas, como Hezbolá en Líbano, porque no sería de recibo combatir al terrorismo allí y engordarlo un poco más acá. ¿Qué y cómo entiende el ejecutivo la guerra contra el terrorismo?

Mirando al futuro, el Gobierno debe aclarar cuál es la medida del éxito, cual es el objetivo a cumplir. ¿En qué situación considera Zapatero que debe quedar Afganistán una vez terminada la misión, en relación con sus vecinos y con nosotros mismos? ¿Qué tipo de régimen político, social y económico defiende España para el país? ¿Qué papel considera que debe jugar Afganistán en la región?

Respecto a la situación de nuestras tropas allí, Chacón ha instaurado una censura considerable, por lo que sabemos mucho menos que americanos, canadienses o británicos sobre sus tropas. ZP debiera aclarar, en primer lugar, qué objetivo militar considera el Gobierno que es el de nuestras tropas en nuestra región de operaciones: ¿expulsar a los talibanes? ¿Asegurar plazas fuertes? ¿Despejar rutas y carreteras? En segundo lugar, cuál es la estrategia que están siguiendo nuestras tropas para lograrlo. En tercer lugar, Zapatero debería responder a la pregunta de si considera que éstas tienen los suficientes medios como para realizar su labor con garantía suficiente. ¿Cuál es la situación actual respecto a blindados, armas, efectivos en relación con las misiones que se llevan a cabo?

En relación con lo anterior, Zapatero debe explicar las condiciones diarias en las que se está desarrollando la misión española, porque de nuevo no lo sabemos más que por filtraciones o reportajes en los medios de comunicación En primer lugar, cuál es el riesgo cotidiano al que se enfrentan nuestros soldados, cuántos ataques han recibido, reciben y se estima que reciban en el futuro. ¿Qué estimaciones maneja el Gobierno para la marcha de la guerra en nuestra área de operaciones?

Por supuesto, el Gobierno debe aclararnos cuáles son las reglas de enfrentamiento que siguen nuestros soldados en relación con los talibanes. ¿Qué ordenes tienen cuando son atacados? ¿Qué ordenes tienen respecto a las actividades de contrabandistas, talibanes o terroristas de las que tengan conocimiento? Debiera explicar si nuestras operaciones son meramente defensivas, si realizamos misiones ofensivas contra el enemigo, con qué finalidad y de qué tipo. Otros gobiernos lo han explicado perfectamente.

En relación precisamente con otros países que luchan en la zona, Zapatero debería explicar qué tipo de relación política y militar mantiene nuestro país con nuestros aliados; ¿qué grado de coordinación tienen los soldados españoles con las tropas aliadas? Nuestros aliados han puesto en cuestión en numerosas ocasiones el compromiso de los españoles cuando han necesitado ayuda: ¿qué grado de solidaridad con los aliados mantiene el contingente español? ¿Colabora España con otros países cuando éstos lo necesitan? En Afganistán se está poniendo en juego el futuro de la OTAN y el grado de cohesión y de confianza entre los aliados. Debiéramos saber cuál es el lugar que ocupa España en los enfrentamientos.

En numerosas ocasiones Zapatero ha señalado noviembre como fecha en que España tomará posición, al tiempo que sus aliados. Quedan dos meses, y los aliados ya muestran sus preferencias y propuestas. Zapatero debería indicar qué posición respecto a Afganistán está defendiendo en la OTAN ante ellos: ¿qué propone y va a proponer España en la Cumbre de Lisboa para Afganistán? Obama ha afirmado que la retirada comienza en 2011, pero Moratinos ha dicho que España se queda. ¿Cuáles son los planes militares para el año 2011 o 2012? ¿Cuáles son los planes a partir de un año? Zapatero debiera responder en qué fecha cree y quiere abandonar Afganistán, qué fecha defenderá ante los aliados. Y en relación con esto, debería informar de las condiciones en que se abandonarán las labores actuales de cooperación y reconstrucción, civiles y militares, así como la relación que mantendrá España con el Gobierno de Afganistán cuando se retire.

En definitiva, Zapatero debe responder: primero, respecto al motivo por el que ha mantenido e incrementado las tropas en Afganistán, si es el original que nos llevó en 2002 o si ha cambiado. Segundo, responder respecto a los objetivos de los militares, sus operaciones, las circunstancias en las que desarrollan la misión y los medios puestos a su disposición para lograrlo. Y en tercer lugar, la posición de España ante sus aliados; primero sobre el terreno en las operaciones militares; y segundo, en la Alianza Atlántica, en relación con los objetivos que España considera apropiados y la política que está defendiendo en las instituciones internacionales, si es que la tiene. No nos parece mucho pedir: norteamericanos, canadienses o británicos informan periódicamente a sus ciudadanos sobre su misión afgana, y sus primeros ministros dan la cara. Zapatero nunca debió ser diferente. Y desde luego no debe serlo a partir de ahora.

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