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Germán Yanke

Consuelo para los vascos

Consolemos a los ciudadanos vascos, hagámonos eco de sus desgracias, acompañémosles en su vía crucis, distraigámosles un rato. A sus muchos males se une el de un gobierno que se ocupa de sus dineros y sus etarras, y no de sus derechos. Y, en ese gobierno, el único consejero no nacionalista les ha salido memo.

Memo, aunque no por ello deje de ser peligroso, es el consejero Madrazo, que anda por ahí levantando la voz: que si la República, que si la negociación con los terroristas, que si los dineritos para Cuba (los de los contribuyentes, claro), que si la guerra civil, que si él, pobrecito, es un santo laico al que deberíamos culto, que si los insultos al presidente del Gobierno español y a las instituciones del Estado de Derecho, que si Batasuna merece protección, que si denuncias penales contra Blair y Aznar. Para un comunista en la sacristía del PNV, nos sale payaso.

Para presentar la querella en el Supremo, ya que el santo varón no puede estar en todas partes, llega a Madrid su hermana, concejala en Bilbao (consolemos también a los bilbaínos), dando al asunto de la política totalitaria un aire de familia que resulta muy significativo. Al fin y al cabo, Madrazo, el hermano, precisó su propio voto para ser candidato de una Izquierda Unida dividida –ahora partida– en el País Vasco. Vamos, que la familia, en esto de las payasadas, siempre anda unida. O consigo misma. Es payaso Madrazo de los de trazo grueso, de los que gritan para llamar la atención y abofetean sonoramente para despertar la carcajada de los idiotas.

Le hacemos caso porque es una muestra de la degeneración de la izquierda, que no es moco de pavo. Y le contemplamos con espanto porque, con el presupuesto público, se dedica a dinamitar cualquier atisbo de sentido común y cualquier refugio de las libertades. Pero lo importante es que saquemos un rato y consolemos de algún modo a los vascos, que soportan y pagan todo esto.

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