Menú
Germán Yanke

Madrazo, el nazi

Hay quienes se muestran indignados como único procedimiento para disfrazarse de una cierta dignidad, que decía Macluhan. Javier Madrazo sólo lo pretende. Quiero decir que a estas alturas, por más que perore, por más que se quiera mostrar como una enfadada ratita de sacristía, el consejero comunista del Gobierno vasco no puede esconder que es un nazi. O uno de los comunistas que, entusiasmados, han colaborado con el nazismo a lo largo de todo el siglo XX.

Ha sido así siempre. Comenzó en las organizaciones pacifistas más clericales y se dio a las escisiones para no perder el control. Fue elegido candidato de Izquierda Unida en el País Vasco con su propio voto y se dio a la depuración de la mitad discrepante para no perder el poder. Aprovechando que se había sumado al delirio ideológico de Llamazares, se ha dado ahora a la verborrea, al insulto, a la defensa de las dictaduras (especialmente la cubana) y a la agresión tanto a las libertades ciudadanas como al sentido común.

El sábado equiparó al presidente Aznar con los criminales de ETA, en un salto hacia delante propio de lo que Benedettto Croce llamaba partidos de la onagrocracia, es decir, gobernados pos asnos. El problema no está tanto en el insulto (absurdo, esperpéntico) como en el líder de los comunistas vascos que, con ello, no hace sino banalizar el terrorismo asesino de ETA y darle una palmadita en el hombro, que es lo que Madrazo ha hecho siempre con aquellos de los que quiere algo, siempre personal. El problema es de Madrazo, que vuelve a las tesis nazis según las cuales existe mal en el mundo y, por ello, se pueden equiparar las cámaras de gas de Hitler con los accidentes de la industria agrícola, tan contaminante además.

Madrazo es un nazi indigno, defensor de Castro, de Batasuna, colaborador con el antidemocrático proyecto de Ibarretxe, pagado por este. Nada más. Por cierto, ¿qué hace el PSOE de Zapatero negociando mociones parlamentarias con el partido de un tipo así?

En España

    0
    comentarios