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Gorka Echevarría

Las claves del diálogo, según Ibarretxe

El nacionalismo ha salido beneficiado de las últimas elecciones. A pesar de que Zapatero dijera en su discurso de investidura que debe retirarse el Plan Ibarretxe, el lehendakari vasco ha pedido al nuevo presidente que si habla de diálogo debe empezar por eliminar la palabra retirar el Plan Ibarretxe de su vocabulario.
 
El vocabulario nacionalista es mucho más pulcro que el de Zapatero. Diálogo significa aceptar las condiciones del contrario. Diálogo significa olvidarse de los principios propios y entender que los del contrario son los correctos aun no siéndolo.
 
Por ello, Ibarretxe vuelve a repetir la cantinela nacionalista: diálogo no sólo para aceptar el Plan Ibarretxe sino también para solucionar el “conflicto vasco”. Está claro que los nacionalistas opinan, y así lo ha reiterado el lehendakari, que para acabar con ETA no basta la policía y la justicia sino que hay que evitar los malos tratos (torturas) a los presos y apostar por dialogar con ETA. De nuevo, Ibarretxe apunta a los supuestos (y desmentidos) malos tratos al director del diario Egunkaria.
 
Si Ibarretxe tiene razón en asegurar que en el nuevo gobierno hay muchos que apuestan por el diálogo, entonces preparémonos para una próxima amnistia y probablemente a que se acepte el Plan Ibarretxe aunque en una versión más edulcorada.
 
El diálogo es el talento y el talante, la forma de gobernar de Zapatero. Los riesgos que entraña están a la vista de todos. ¿No querer verlo es ser dialogante?.
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