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Gorka Echevarría

UGT y la reforma fiscal

Tras la presentación del borrador de la Ley de medidas de acompañamiento a los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene, el sindicato UGT ha mostrado su rechazo a las medidas fiscales propuestas.

Veamos sus argumentos. UGT afirma que, al parecer, el Gobierno, cuando no sabe qué hacer, baja los impuestos a las empresas. Al mismo tiempo, juzga esta medida ineficaz para promover la inversión empresarial, la innovación y el crecimiento. También critica el fomento de los planes de pensiones de las empresas porque los interlocutores sociales no fueron consultados, ya que se trata de una medida vinculada a la negociación colectiva, y, siempre según UGT, se hace tras el compromiso del Gobierno de reducir la intensidad protectora de las pensiones públicas.

De lo que ha dicho UGT se desprende lo siguiente. Primero, que un recorte impositivo no estimula la inversión. Yo tenía entendido que cuanto más dinero está en poder de los individuos, más pueden ahorrar, y que si se les deja más parte de su patrimonio libre de impuestos, tendrán incentivos para trabajar más duro, y en consecuencia, ganar más. Todo esto conduce a la prosperidad.

Por otro lado, la verdad no es fruto del consenso ni de quienes lo ratifican. La cualidad de verdadero no depende de defensores o detractores. Si las deducciones por planes de pensiones colectivos para fomentar los sistemas alternativos de pensiones son beneficiosas o no, jamás dependerá del grado de diálogo social. Además, ¿alguien se cree que el diálogo social es algo distinto del afán de dominación de los sindicatos so pretexto de representar a un amplio colectivo? Y digo pretexto porque, paradójicamente, no cuentan con afiliados suficientes como para autofinanciarse, por eso viven del Estado.

Pero dejemos el plano teórico y examinemos si las medidas fiscales del Gobierno (sujetas a enmiendas en las Cortes) son positivas o no, al margen de la palabrería inane de los chicos de UGT: En cuanto al Impuesto sobre Sociedades, se amplía el límite a partir del cual una empresa se considera como PYME (ahora son 5 millones de euros) permitiendo que el 90% de las PYMES puedan tributar sus primeros 15 millones de base imponible al 30% y el resto al 35%. Por otro lado, las plusvalías reinvertidas tributarán no al 35% sino al 18%. Se introduce una deducción del 10% por inversiones en activos dedicados a investigación y desarrollo. Aumenta la base deducción a 500.000 euros por la adquisición de patentes, licencias, know-how y diseños. Se amplía el límite temporal para amortizar fondos de comercio de 10 a 20 años, y se aumenta el periodo para compensar bases imponibles negativas de 10 a 15 años. Las provisiones por insolvencia serán fiscalmente deducibles cuando las morosidad rebase el semestre (y no el año, como antes). Se establece una nueva deducción del 10% en la cuota del Impuesto sobre Sociedades por las aportaciones realizadas por las empresas a planes de pensiones. Por un lado, la aportación será gasto deducible en la base, y por otro, hay una deducción sobre esos mismos importes.

El capítulo de reformas se amplía notablemente, incluyendo reformas en IVA (peajes al 16%…), IRPF (redondeo de retenciones, ampliación a las personas físicas de los beneficios fiscales del régimen de fusiones o escisiones en el caso de aportación de acciones o participaciones. Los cónyuges podrán compensar las cuotas a pagar en el impuesto de la renta cuando una de las declaraciones sea positiva y la otra negativa), etc…

¿Cuáles son los argumentos de UGT ante estas medidas? Sólo se podría criticar que el Gobierno no haya ido aún más lejos y no decidiera establecer un tipo fijo del 20% en el IRPF…Pero claro, seguramente no entra dentro de la convicciones de UGT que personas físicas (trabajadores la inmensa mayoría) y jurídicas (que son quienes les abonan el sueldo) paguen menos impuestos ¿Será porque UGT cobra del Presupuesto y teme que sus “ingresos” disminuyan?

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