De la ilusión en la comparecencia a la melancolía en el adiós. España llegó a Brasil dispuesta a revalidar la estrella tan brillantemente conquistada cuatro años atrás en Sudáfrica, pero va a regresar a casa antes de tiempo. Como Rubén Blades canta en Pedro Navaja, "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida".
Más allá de la prematura eliminación, lo más llamativo es la forma en la que claudicó nuestra selección. Salvo en la primera parte contra Holanda, nunca dio la sensación de competir. Al menos durante esos 45 minutos en Salvador le jugó de tú a tú a la Oranje –como debe ser, por otra parte–, que luego le pasó por encima en la segunda mitad. Pero frente a Chile, ni eso. Siempre superados los de Del Bosque por el combinado de Jorge Sampaoli, que retrató el mal momento y las carencias de nuestros futbolistas. Muchos de ellos ni estuvieron, ni se les esperó.
Toca cerrar este Mundial con un partido intrascendente ante una Australia que sí compitió ante chilenos y holandeses, vendiendo caras esas dos derrotas. Está el orgullo de no quedar últimos de grupo y el choque del Arena da Baixada tendrá además el aliciente de la despedida de varios jugadores con la camiseta nacional: Casillas, Xabi Alonso, Xavi, Villa y Torres. Futbolistas que tantas alegrías han dado a nuestra selección, pero que distan ya de su mejor momento.
Sin el billete en juego, al estar ya ambos equipos eliminados, Del Bosque hará debutar en este torneo de infausto recuerdo a David Villa, que aspira a marcar en tres mundiales consecutivos; Reina, Albiol y Juanfran. Junto a estos cuatro, apuntan también a titulares Sergio Ramos, Azpilicueta –como lateral izquierdo–, Busquets, Mata, Koke, Iniesta y Cesc Fábregas.
Las aguas parecen haber vuelto por su cauce con el nuevo jugador del Chelsea, que el sábado vio cómo Del Bosque le retiraba el peto de titular en el entrenamiento al recriminarle su falta de actitud. Una muestra más de lo enrarecido que está el ambiente en la selección tras las declaraciones de Xabi Alonso, hablando de "falta de hambre", que sirvieron para echar más leña al fuego.
Quien también puede estar ante su último partido es Del Bosque. El técnico salmantino tiene contrato con la Federación hasta después de la Eurocopa de Francia 2016, pero ya ha dicho que no tiene clara su continuidad. Parece que sí va a seguir estos dos años, aunque con el marqués nunca se sabe...
Y frente a toda esta vorágine de acontecimientos y rumores, Australia. Los oceánicos, que llegaron a Brasil como el perfecto convidado de piedra de este grupo B, a punto estuvieron de dar la sorpresa en las dos primeras jornadas y sólo el infortunio los deja sin punto alguno a estas alturas. El cuadro de Ange Postecoglou –puesto 62 del ranking FIFA– compensa sus carencias tácticas, su falta de calidad y sus errores con un esfuerzo encomiable.
Esta tarde ante España, el técnico griego, que aún no lleva un año en el cargo, cambiará la forma de jugar de los socceros, debido a la baja por sanción de su gran estrella Tim Cahill, pero no el esquema que viene utilizando (4-2-3-1). La ausencia del exjugador del Everton, autor del mejor gol en lo que llevamos de Mundial contra Holanda, da opciones en la delantera a James Troisi y Adam Taggart. Por detrás, Mark Bresciano, histórico jugador aussie, es el factor sorpresa de su selección, que puede sorprender a las defensas rivales con su disparo lejano.
Es el partido más intranscendente de España en los últimos años. El anticipado adiós de un ciclo lleno de éxitos. Toca inyectar savia nueva en esta selección, aunque se hará de forma gradual. Por detrás vienen pisando fuerte el propio Koke junto a los De Gea, Thiago, Isco, Jesé o Deulofeu, llamados a recoger el testigo de los mayores, de futbolistas irrepetibles cuya jubilación llama ya a sus puertas.