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Guillermo Dupuy

El Gobierno saca la chequera electoral

Las elecciones están a la vista y Rajoy se dispone, como buen socialdemócrata que es, a comprarnos el voto con nuestro propio dinero.

A escasos diez días de los comicios municipales y autonómicos, el Gobierno de Rajoy ha sacado la chequera electoral y nos ha anunciado, por boca de la vicepresidenta, una lluvia de millones destinados a diversos menesteres tales como aumentar las pensiones para las madres trabajadoras con más de dos hijos, procurar una nueva ronda de subvenciones a la compra de coches o incrementar las ayudas públicas al sector del cine, al del carbón y a las cuencas hidrográficas afectadas por la sequía.

Como recién llegado al club de las familias numerosas, yo podría ser beneficiario de esta dádiva del Gobierno si no fuera, claro está, porque de aquí a que mi santa esposa se jubile esa estafa piramidal que constituye el sistema público de pensiones ya podrá haber quebrado o –lo que es más probable– haberse vuelto sostenible de la única forma que puede serlo: mediante el paulatino perjuicio de sus supuestos beneficiarios, ya sea reduciendo el importe de la pensión, ya sea retrasando la edad de jubilación o ambas cosas a la vez.

Al margen de esta cuestión personal, en la que tampoco acabo de entender por qué las mujeres trabajadoras con más de dos hijos han de tener más derechos que los padres trabajadores con más de dos hijos, no sé si la nueva ronda de subvenciones a la compra de automóviles es la forma que tiene el Gobierno de hacernos olvidar la voraz y vampiresca red clientelar de organismos de la ITV que no hacen otra cosa que sacarnos el dinero con la excusa de la seguridad vial.

Tampoco sé si el incremento de ayudas al sector del cine es la forma que tiene el Gobierno de Rajoy de premiar el hecho de que nuestros artistas no hagan películas que susciten el suficiente interés del espectador; o si es debido a la desbordante politización de este sector contra esa derecha a la que Rajoy ha sabido traicionar como nadie. Claro que lo de los complejos del PP ante el autodenominado "mundo de la cultura" no es nuevo y siempre ha rayado el masoquismo.

Ignoro también si las ayudas al sector del carbón es una forma de camuflar las nulas reformas en el mercado energético, carencia que nos obliga a sostener y consumir nuestro carísimo e ineficiente carbón nacional a costa del contribuyente. También nos podríamos cuestionar si los créditos extraordinarios anunciados por la vicepresidenta destinados a las cuencas hidrográficas del Júcar y el Segura son la forma que tiene el Gobierno de Rajoy de hacernos olvidar sus promesas electorales en materia hídrica y su política continuista respecto de la de Zapatero, renuente a los trasvases tanto como potenciadora del demencial uso de las desaladoras.

Lo que sí sé, a la vista de toda esta lluvia de millones, es que al Gobierno de Rajoy le sigue importando una higa nuestra deuda pública, que acaba de alcanzar los 1,047 billones en marzo, o que la Comisión Europea, por este motivo y por el riesgo de que el paro a largo plazo en España se convierta en "estructural", le acabe de advertir de la necesidad de culminar una serie de reformas y ajustes del sector público muy similares a los que acumulan polvo en el programa electoral del PP de 2011.

Las elecciones están a la vista y Rajoy se dispone, como buen socialdemócrata que es, a comprarnos el voto con nuestro propio dinero.Guardar

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