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Guillermo Dupuy

Gómez Benítez y las togas sucias

Sólo espero que la denuncia contra Dívar no la motive razones de enemistad y que esa enemistad no sea en el futuro utilizada como motivo para que Gómez Benítez no tenga que dar explicaciones sobre sus inolvidables viajes para reunirse con ETA.

Hace muy bien la Fiscalía en investigar la sorprendente denuncia presentada por el vocal del Consejo General del Poder Judicial, José Manuel Gómez Benítez, contra su presidente, Carlos Dívar, por cargar al presupuesto del CGPJ unos 5.600 euros gastados en seis viajes que, según el denunciante, no tenían justificación en condición de su cargo.

Aunque Dívar ya haya difundido un comunicado en el que, además de su sorpresa, asegura que todos sus gastos a cargo del presupuesto del CGPJ están acreditados y fiscalizados por la responsable de la Intervención General del Estado, la Fiscalía tiene el deber de despejar toda sospecha.

Dicho esto, habrá que ver si la Fiscalía -que ya se ha puesto diligentemente a revisar los justificantes de los viajes de Dívar- decide finalmente archivar o no la denuncia para cuestionarnos si Gómez Bénitez la presentó por puras razones de enemistad, movido por un más que reprobable "difama que algo queda". Y lo planteamos porque ya nos resulta llamativo que, habiendo manifestado el miércoles que hay otros casos similares a los de Divar, Gómez Benitez solo haya trasladado a la Fiscalía datos del presidente. También nos sorprende que la denuncia se deba a una escrupulosa y encomiable ética pública por parte del vocal denunciante, cuando no mostró el menor síntoma de preocupación cuando su buen amigo Garzón cobraba a la vez de la Audiencia Nacional y de la Universidad de Nueva York. Eso, por no hablar –tal y como también ya han señalado algunos medios de comunicación- del poco explicado hecho de que el denunciante Gómez Benítez siga cobrando lo mismo, a pesar de que desde hace tiempo se ha ido borrando de todas las comisiones del CGPJ excepto una.

Ahora bien. Puestos a pedir explicaciones y abrir diligencias para asegurarnos que ningún miembro del poder judicial tiene la menor mácula en su toga, todavía echo en falta las explicaciones de Gómez Benítez respecto al acta interceptada en Francia al dirigente etarra Francisco López, alias Thierry y relativas a la "paz sucia" con ETA, en la que se asegura que el actual vocal del CGPJ -entonces emisario de Zapatero ante los terroristas- puso en valor y señaló como prueba de la voluntad de dialogo del Gobierno la comisión del chivatazo policial a ETA en el bar Faisán. A mí ya me pareció indecente que ahora ocupe un puesto en el CGPJ quien no se atrevió a desmentir este extremo ante las camaras de televisión.

Se supone que los tiempos en los que, desde la Fiscalía General del Estado, se animaba a jueces y fiscales a "no eludir el contacto de las togas con el polvo del camino" se fueron con Conde Pumpido y con aquella paz sucia con ETA. Ahora sólo espero que la denuncia contra Dívar no la motive razones de enemistad y que esa enemistad no sea en el futuro utilizada como motivo para que Gómez Benítez no tenga que dar explicaciones sobre sus inolvidables viajes para reunirse con ETA.

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