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Guillermo Dupuy

Sin Rajoy recuperaríamos la esperanza

La esperanza en que el PP vuelva a ser un referente liberal-conservador pasa por alguien que sea capaz de disputar a Rajoy la presidencia nacional.

Durante las pasadas elecciones autonómicas y municipales, más de 42.000 ciudadanos madrileños que respaldaron la lista autonómica del PP encabezada por Esperanza Aguirre dieron la espalda a la lista de este partido que encabezaba Alberto Ruiz Gallardón en las municipales. Nada me gustaría más que en las próximas elecciones ocurriera algo parecido y que 40 o 50.000 votantes de Esperanza Aguirre en las municipales votaran en las autonómicas a Vox, Ciudadanos, UPyD o cualquier otro partido.

Si alguien no se merece el revés electoral que el irreconocible partido popular liderado por Mariano Rajoy tanto se ha ganado a pulso es Esperanza Aguirre. Habrá, sin embargo, decepcionados con que la política madrileña haya cedido a las presiones de Rajoy y renunciado a la reelección como presidenta del PP de Madrid en caso de llegar a la alcaldía. Pero no nos olvidemos de que era el dedo divino de Rajoy el que tenía que designarla ahora, y la aparente cesión de Aguirre no es tanta como la presidenta madrileña está demostrando desde el primer momento.

Además, la esperanza en que el PP vuelva a ser un referente para el electorado liberal-conservador de este país no pasa por que Aguirre opte a la reelección como presidenta del PP de Madrid, sino por que Aguirre (o alguien de su cuerda) dispute en el futuro a Rajoy la presidencia del PP nacional, una vez que este partido haya sufrido un revés electoral lo suficientemente grande como para hacer inevitable una catarsis que le lleve a intentar recuperar sus traicionadas señas de identidad.

Es verdad que no conozco a Aguirre, ni sé cuáles pueden ser sus motivaciones; pero quiero pensar que su renuncia a la reelección a la presidencia del PP madrileño no es tanto una resignación como una muestra de posibilismo o, incluso, una forma de quemar las naves para no jugar más en el futuro si no es en la liga nacional. De lo que estoy seguro es de que con Rajoy, con Soraya o con personas de su misma cuerda nihilista, la corrupción ideológica del PP no tiene enmienda. Y que, por el contrario, con personas como Aguirre y como tantos otros que ahora viven recluidos en sus casas, en FAES o incluso en otros partidos como Vox o Ciudadanos, el PP volvería a ser una alternativa nacional y liberal frente a un consenso socialdemócrata profundamente servil con el nacionalismo.

Ahora, sin embargo, lo prioritario es el voto de castigo al PP del Rajoy, a poder ser, sin perjudicar a quien pueda en el futuro enmendar a este partido.

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