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Guillermo Dupuy

Syriza quiere endeudarse como la casta

¿Tan en los antípodas nos creemos que está el polulismo de Syriza de la falta de liberalismo de una casta que ha arruinado Grecia?

No es que Alexis Tsipras haya renunciado a que el Estado griego siga viviendo por encima de sus posibilidades. Lo que sucede es que el líder de Syriza perece haberse dado cuenta de que para lograrlo no hay nada como entonar la conocida y falsa cantinela de la austeridad y no asustar a los acreedores institucionales de los que pretende seguir viviendo.

Esto, y no otra cosa, es lo que ha hecho el Gobierno de Syriza con la famosa lista de reformas con la que parece que ha logrado la prórroga de la extensión del plan de rescate de la Troika. Esta lista de vaporosas reformas, ya la haya redactado Varufakis o algún enviado de la propia Troika, lejos de estar en los antípodas del disparatado programa electoral con el que Syriza concurrió a las elecciones es lo más parecido a dicho programa que hubiera podido redactar cualquier persona dispuesta a llevarlo a la práctica en su mayor medida. No renunciar en nada a ese programa electoral hubiera supuesto no poder llevar nada de él a la práctica.

Una cosa es que esa lista de reformas demuestre que Syriza no es una auténtica alternativa a una casta que repele el liberalismo y otra que creamos que la solución de Grecia está en que los populistas se mimeticen con ella. ¿Alguien se cree que Grecia va a salir del hoyo con tan escaso maquillaje del populismo? ¿Tan en los antípodas nos creemos que está la casta socialdemócrata del populismo? Este cambio –supuestamente radical– del Gobierno de Syriza podrá convencer a pródigos y keynesianos prestamistas institucionales con capacidad de monetizar deuda o con capacidad de prestar el dinero ajeno que extraen de sus impuestos. Pero dudo mucho de que ningún inversor privado, por este supuesto bandazo, vaya a pasar ahora a prestar al Estado griego un solo euro.

Habida cuenta del descontrol del gasto público que estos supuestos adalides de la austeridad han venido financiando a cargo del contribuyente, puede ser que la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central se traguen el sapo. Pero está por ver; y, en tal caso, Syriza se habrá arrodillado ante la Troika tanto como la Troika ante Syriza. Al fin y al cabo, tampoco difiere tanto la casta que mata de sed del populismo que propone que bebamos agua salada.

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