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Guillermo Dupuy

Viento en popa para un PP desnortado

La injustificada e irreflexiva critica a Ciudadanos es el viento que este PP desnortado necesitaba para proseguir su decadente singladura.

La injustificada e irreflexiva critica a Ciudadanos es el viento que este PP desnortado necesitaba para proseguir su decadente singladura.
EFE

No hace falta recordar lo "muy tranquilo y satisfecho" que Rajoy se mostró tras el último varapalo electoral sufrido por su irreconocible partido para estar seguro de que los únicos cambios que, sólo posteriormente y a regañadientes, prometió van a ser simples ejercicios cosméticos para que todo siga igual.

Los únicos cambios en los que de verdad Rajoy y Arriola confían para perpetuarse al frente del Gobierno y del partido están fuera de ese ámbito y ya se han producido. El primero se refiere al horror que puede causar –y ya causa– la llegada de un frente popular con protagonismo de Podemos en muchas comunidades y ayuntamientos. El segundo cambio en el que confía Rajoy es el destinado a perjudicar la forma de percibir a Ciudadanos por parte del electorado descontento por el PP.

Respecto al primero cambio, basta echar un vistazo a los programas de gobierno y a las declaraciones de los miembros de Podemos para que cunda el más justificable de los temores. Si ese temor puede llevar a centenares de miles de personas a olvidarse de sus sueños de regeneración y volver a votar con la nariz tapada al PP, qué decir de las atrocidades que se están diciendo de Ciudadanos por parte de personas que hasta hace nada les mostraban su apoyo.

Si había una comunidad autónoma abocada por los últimos resultados electorales a ser gobernada por un pacto entre socialistas y los comunistas de Podemos, esa era Andalucía. Si no lo va a ser se debe única y exclusivamente al pacto de investidura que Susana Díaz ha suscrito finalmente con la formación de Albert Rivera. Describía Jean-François Revel cómo la ideología procuraba a algunos una "dispensa intelectual" consistente en "retener sólo los hechos favorables a la tesis que se sostiene, incluso en inventarlos totalmente, y en negar los otros, omitirlos, olvidarlos, impedir que sean conocidos".

Ese es el espectáculo que nos están ofreciendo, para regocijo de Rajoy y de Arriola, muchos influyentes analistas que ocultan el hecho de que la única alternativa a un gobierno de Susana Díaz pactado con formaciones que están a su derecha sería un gobierno de Susana Díaz suscrito con los radicales que están a su izquierda. Estas personas ocultan completamente, además, los muchos y encomiables compromisos que Ciudadanos ha arrancado al PSOE en Andalucía, tales como una reducción de impuestos, una reducción de trabas burocráticas para la creación de empresas, la eliminación de los aforamientos a nivel autonómico o de las llamadas puertas giratorias para los responsables públicos y el personal al servicio de la Administración Pública, así como medidas legislativas destinadas a instaurar un inédito control en la concesión de subvenciones públicas. En su crítica a Ciudadanos sólo parecen tener ojos para lo malo, como sin duda es la creación de una banca pública o las llamadas embajadas autonómicas.

Aun así, no nos debemos olvidar que la mayor banca pública de este país es la que dirige el PP al frente del Instituto del Crédito Oficial, y que, por criticables que sean los créditos a cargo del contribuyente que Susana Díaz otorgue ahora con el respaldo de Ciudadanos, nunca serán peores que los que ha otorgado el Fondo de Liquidez Autonómica de Rajoy a la Generalidad catalana o los que podría conceder Susana Díaz con el respaldo de IU y Podemos.

Total, que si el justificable miedo a las alianzas entre el PSOE y Podemos no soplara ya lo suficientemente a favor de Rajoy, la injustificada e irreflexiva critica a Ciudadanos por su contribución a lo que, en realidad, es un mal menor en Andalucía es el viento que este PP desnortado necesitaba para proseguir, confiado y sin golpe de timón alguno, su decadente singladura.

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