Irán y Egipto han supuesto para España superar dos partidos en los que había poco que enseñar, como si fuera el debut deseado para cualquier equipo para poder empezar de menos a más en el campeonato. En esas condiciones, he visto bien al equipo, sin mostrar armas, y permitiéndose dosificar y rotar para que todos los jugadores puedan sentirse importantes para Orenga, al tiempo que no se hacía necesario dar ninguna pista a los próximos rivales de la selección.
El duelo ante Brasil, sin ser definitivo ni mucho menos, sí va a ser válido para buscar las sensaciones necesarias, ante un rival con un enorme potencial físico y un gran talento. Es el partido que nos va a mostrar cómo está España y conocer realmente qué es lo que le falta ahora mismo, va a ser un gran termómetro para todos porque no va a ser tan fácil dominar el rebote y correr como frente a Irán y Egipto, y por tanto el equipo deberá empezar a mostrar toda la riqueza ofensiva que le suponemos todos.
En cuanto a los aspectos a mejorar, quizá me sorprende el pobre nivel de acierto en el tiro de 3, es algo en lo que sin duda tiene que mejorar el equipo, y que estoy convencido que con el paso de los partidos eso ocurrirá, cuando los jugadores entren mucho más en la competición. Otra de las cuentas pendientes que debe ser mejorada en el balance defensivo, aspecto en el que el equipo ha regalado puntos fáciles en los dos primeros partidos, algo que desde ya va ser mucho más delicado de conceder ante rivales de mayor nivel.