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Haydée Marín

¿Quién es Roger Noriega?

Roger Noriega fue designado por el presidente George W. Bush, en enero, para el cargo de Secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental. Su nominación fue aprobada por la Comisión del Senado hace unos días.

América Latina no ha estado presente en la agenda de la Casa Blanca desde el 11 de septiembre de 2001. La lucha contra el terrorismo y la guerra con Irak han sido los temas que han dominado por dos años la política exterior de Estados Unidos. Pero el reciente nombramiento indica que Washington está de nuevo mirando hacia América Latina. El embajador Noriega tiene un vasto conocimiento de los problemas económicos y sociales latinoamericanos. Siempre ha tenido una posición firme contra la corrupción, las violaciones a los derechos humanos y el narcotráfico. Pero, al mismo tiempo, es respetuoso con los gobiernos latinoamericanos.

Desde su antigua posición en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes de Estados Unidos apoyó las transiciones democráticas de varios países, entre ellos Haití, Perú y Nicaragua.

En Nicaragua visitó a los campesinos en la zona norte del país y se reunió con las comisiones de paz. Los campesinos empobrecidos por la guerra y años de descuido le expresaban sus temores y el terror sufrido durante la guerra civil. Le hablaban de la inseguridad de sus vidas, de que eran considerados ciudadanos de tercera categoría y le pedían ayuda para ejercer el derecho a elegir a sus gobernantes. Eran tiempos inestables y difíciles en Nicaragua; todavía había combates de insurgentes en el área y en las noches asaltaban en las carreteras. Noriega, imperturbable ante el peligro, oía paciente, prometió ayudar y les cumplió

Como activista de derechos humanos le tengo un profundo agradecimiento al embajador Noriega por el apoyo y ayuda que nos ha brindado en la lucha contra la impunidad en América Latina.

En varias ocasiones acudí a pedirle ayuda en casos muy difíciles, donde la impunidad podía más que la justicia, como fue en el caso de Jean Paul Genie, joven de 16 años asesinado por los guardaespaldas del Jefe del Ejército de Nicaragua. También en el asesinato del líder cívico nicaragüense Arges Sequeira. Siempre encontré las puertas de su oficina abiertas, siempre dispuesto a ayudarnos en esa lucha tan desigual que tenemos los “no políticos” para lograr un poco de justicia.

En su cargo de embajador de Estados Unidos en la Organización de los Estados Americanos, el Sr. Noriega ha apoyado la promoción de los derechos humanos en nuestro hemisferio. Esperamos que el Senado en pleno apruebe la nominación del embajador Noriega y que en su nuevo cargo ayude a América Latina a derribar las barreras comerciales y arancelarias que mantienen empobrecida a la población, como también en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de armas y la corrupción promovida por excesivas regulaciones, malas leyes y frecuente irrespeto al imperio de la ley.

El embajador Roger Noriega confrontará difíciles conflictos políticos, sociales y económicos en nuestro hemisferio, tales como el creciente descontento del pueblo venezolano con el presidente Hugo Chávez, la guerrilla y el terrorismo en Colombia, la caótica situación económica a la que los políticos argentinos han conducido a su país, los graves problemas políticos en Bolivia y la generalizada pobreza de América Central, Haití y la República Dominicana. Cuba sigue oprimida bajo el mando de 44 años del último dictador de América, Fidel Castro.

América Latina es un gran desafío. Esperamos que Roger Francisco Noriega, nacido en Kansas de padres mexicanos, con su larga experiencia procurará que se hable y se prometa menos, pero que se logre y se avance más en mejorar el nivel de vida en América Latina. Washington a menudo ha sido una mala influencia, como cuando cierra las importaciones de productos latinoamericanos o impulsa los créditos del Fondo Monetario Internacional que hipotecan el bienestar de futuras generaciones, pero puede también ser muy buena influencia, insistiendo en las mismas fórmulas de economía libre e igualdad ante la ley que convirtieron a Estados Unidos en el país más próspero de la historia universal.

Haydée Marín es directora Ejecutiva de la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos.

© AIPE

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