Si en nuestra existencia todo fuese tan fácil como los juegos infantiles, al tirar de un lado de la cuerda, el otro se resentiría inversamente al deseo de los que lo sustentan por ese extremo. Pero la vida, muy al contrario, no se resiste a una explicación según las leyes físicas, como tampoco responde a procesos de causa-efecto. La vida permanece como unvoyeurante el espectáculo que le ofrecen otro tipo de causas, verdades dialécticas en continua pugna como el fatalismo y el voluntarismo, pero verdades al fin y al cabo ambas. Y es que ni el mayor sabio ni el más experimentado de los hombres es capaz de decantarse entre conceptos como destino y voluntad, a la vez tan lejanos como relacionados.El secreto de la lejía, de Luisa Castro, es una novela que navega en esas aguas inciertas que unen y separan la vida de sus personajes. Éstos, atenazados por un destino ciego y dispuestos por una voluntad sin quiebras, van tejiendo un relato que habla del amor y el desamor, de los celos, de la esperanza, del dolor, del desgarro interior, del éxito, de la ambición, la genialidad y la locura, hasta que, al fin, la autora decide bajarse de esa barca entre dos aguas y mojarse descubriendo a los lectores el secreto limpiador de almas a través de la corrosión, el Secreto de la lejía.
África, una joven poetisa rural gallega, desembarca en el Madrid de los 80 para, sin ella saberlo, ser conducida por un destino insondable a la salvación de las personas de su entorno, y en especial, de Piedad. Con el tiempo ira conociendo amigos y enemigos en un camino, el de su vida, del que no podrá escapar hasta que se cumplan los últimos designios que le depara un ciegofatum.
Luisa Castro,El secreto de la lejía, Planeta, 264 páginas.
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