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PERO AQUÍ NO CABE EL ESCÁNDALO

El origen franquista de los medios públicos

Uno de los grandes problemas del consenso socialdemócrata dominante en la sociedad española, y en muchas otras, es que la mayor parte de la población considera natural que el Estado tenga un papel predominante en áreas que deberían quedar siempre dentro del campo de la actividad privada.

Uno de los grandes problemas del consenso socialdemócrata dominante en la sociedad española, y en muchas otras, es que la mayor parte de la población considera natural que el Estado tenga un papel predominante en áreas que deberían quedar siempre dentro del campo de la actividad privada.
En el caso de España se produce, además, la ironía de que la irrupción del gobierno en muchas de esas áreas tuvo lugar durante la larga dictadura franquista pero a casi nadie le parece algo grave. De hecho, los más reacios a cambiar las cosas son quienes más hablan de la "memoria histórica": el gobierno de Rodríguez Zapatero, los partidos de izquierda y los medios y supuestos intelectuales afines a los anteriores.

Precisamente es en el sector de los medios donde resulta especialmente evidente la intromisión de origen franquista.

Cuando se piensa en los medios de comunicación públicos, el primero que viene a la mente es Radiotelevisión Española, una empresa que, lejos de desaparecer, ha ido creciendo de manera desmesurada. Después de muerto Franco, y ante los avances tecnológicos producidos, a las emisoras de radio (tanto de RNE como de Radio Exterior de España) y a las dos cadenas de televisión se han venido a sumar varios canales temáticos de TV (que transmiten tanto para el interior del país como para el extranjero) y un sitio web cada vez mayor. Todo ello está al servicio del gobierno de turno.

Aunque nacidas ya en democracia, las televisoras y radios autonómicas (incluso las locales, en manos de los ayuntamientos) han copiado todos y cada uno de los vicios de la hermana mayor, RTVE.

Hay, sin embargo, un caso del que no se suele hablar y que es de mayor importancia. El de EFE. Se trata de la más importante agencia de noticias en lengua española, y de sus teletipos se nutren en buena medida la mayoría de los medios de España y de gran parte de Iberoamérica. Al igual que RTVE, sus problemas económicos no son pequeños, y está sometida a un importante control por parte del poder político (hasta el punto de que es este último quien nombra a sus máximos responsables). Echó a andar en 1939, de la mano de Ramón Serrano Suñer y mediante la fusión de las agencias Fabra, Faro y Febus. Aunque la historia oficial dice que el nombre se explica por la inicial de las empresas fusionadas, otra versión sostiene que esa Efe es un homenaje a la Falange.

Por mucho que políticos y sindicatos discutan sobre cómo dirigir y gestionar la gigantesca RTVE para lograr que sea "independiente" y "de calidad", no hacen lo mismo con la agencia de noticias. En EFE, el consenso socialdemócrata funciona a la perfección. Por lo demás, nadie parece querer afrontar la única solución aceptable, si no se quiere que estos medios sean instrumentos de propaganda al servicio del poder político: la privatización.


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