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LENGUAJE POLÍTICO

El terrorismo islámico según Zapatero

En el lenguaje político español, el terrorismo es una cosa y el nacionalismo es otra. Eso refleja una parte de la realidad, pero también disfraza otra: que los terroristas españoles son nacionalistas, en su mayor parte nacionalistas vascos, y que el terrorismo en España ha sobrevivido gracias al apoyo, al caldo de cultivo y al proyecto que le ha ofrecido el nacionalismo vasco.

En el lenguaje político español, el terrorismo es una cosa y el nacionalismo es otra. Eso refleja una parte de la realidad, pero también disfraza otra: que los terroristas españoles son nacionalistas, en su mayor parte nacionalistas vascos, y que el terrorismo en España ha sobrevivido gracias al apoyo, al caldo de cultivo y al proyecto que le ha ofrecido el nacionalismo vasco.
Cuando se desliga terrorismo y nacionalismo, todos sabemos además que se está sugiriendo algo más: que el terrorismo no sólo no está relacionado con el nacionalismo, sino que una de las causas del nacionalismo son los no nacionalistas, en nuestro caso los constitucionalistas y los partidarios de la unidad de España.
 
Algunos socialistas están empeñados en repetir esta distorsión en su comprensión del terrorismo islámico. En su discurso de investidura, el presidente Zapatero le dijo a Rajoy que "el Gobierno que yo presida va a perseguir implacablemente a aquellos que practican la violencia y el terror con toda la fuerza de la sociedad democrática, con toda la fuerza del Estado de derecho, e intentando que en esta Cámara haya la mayor voluntad conjunta de acabar con la violencia de ETA y de evitar el terrorismo internacional". Nótese la expresión “terrorismo internacional”.
 
Luego le dijo a Durán Lleida: "No la vamos a dejar de aprovechar como Gobierno, esa oportunidad de hacer que Europa avance más rápido en seguridad, de hacer que el diálogo de civilizaciones sea un diálogo esencial. Se habrá dado cuenta".
 
Ya nos vamos acercando al asunto, que culmina con la siguiente declaración: "Se habrá dado cuenta” (sr. Durán Lleida) “que en ningún momento me he referido en todo lo que llevamos de debate a terrorismo islámico ni a terrorismo radical islámico. No lo voy a hacer nunca; me referiré sólo al terrorismo internacional, porque debemos de cuidar hasta el lenguaje, creo que sería enormemente conveniente, igual que no nos referimos a otro tipo de terrorismo en función de su ideología o de su origen. Es un terrorismo violento, fanático y que tiene la característica de ser internacional por encima de cualquier otra, porque ataca en muchos sitios diferentes, porque está organizado a través de personas de distintos países y porque tiene una vinculación clarísima con la delincuencia organizada y con el narcotráfico. Es terrorismo internacional, es organización mafiosa internacional, donde no sólo hay un componente de fanatismo, sino que hay otros componentes más; por tanto, deberíamos de tener esa claridad".
 
Igual que el terrorismo nacionalista no tiene nada que ver con el nacionalismo, Zapatero nos ilustra diciendo que el terrorismo islámico no tiene nada que ver con el Islam, porque —la frase no tiene desperdicio— “ataca en muchos sitios diferentes y está organizado a través de personas y está organizado a través de personas de distintos países”. Además es una organización internacional en la que al “componente de fanatismo ” se suman otros (esta construcción sintáctica no es de Zapatero).
 
Bien.
 
Para ilustrar el razonamiento, por así decirlo, de Zapatero, veamos un documento publicado por Palestinian Media Watch, un centro dedicada a la cultura, al lenguaje y a las tendencias sociales palestinas. Se trata de un estudio de cómo a los niños palestinos se les inculca el deseo de convertirse en terroristas suicidas mediante juegos, canciones,  programas de televisión y textos oficiales de la Autoridad Palestina. “Pedid la muerte, la vida os será otorgada” es la consigna difundida entre los niños masivamente, por el propio Arafat, amigo de nuestro ministro de Asuntos Exteriores, y por los libros de texto publicados por la Autoridad Palestina y en parte financiados por las instituciones de la Unión Europea con fondos a cargo del presupuesto pública.
 
Esta empresa bestial de lavado de cerebro de los niños se hace en nombre de Alá, y el acto de suicidio terrorista se llama “Shahada”, o “Muerte en nombre de Alá”. A los niños se les invita a convertirse en “shahides” o “shahidas” para alcanzar el paraíso, donde según se les cuenta, disfrutarán de parques de juegos recreativos, entre otras amenidades. Según las estadísticas, entre un 72 y un 80% de los niños palestinos anhelan la muerte como “shahides”.
 
Se puede leer el documento completo en http://www.pmw.org.il/new/ , pinchando "Spanish" a la izquierda. [Agradezco la amabilidad de quien me ha dado a conocer esta página web.] Ni que decir tiene que nada de todo esto tiene que ver, según Zapatero, con el islam.
 
El pasado 21 de abril se celebró en la Comunidad de Madrid una ceremonia en memoria de las víctimas del Holocausto. Se encendieron varias velas, entre ellas una en recuerdo del millón y medio de niños asesinados por los nazis, es decir por los nacional socialistas, aunque, según la lógica de nuestro presidente de gobierno, ninguno de los términos tenga nada que ver ni con el nacionalismo ni con el socialismo. Estaba prevista la presencia del senador, también socialista, Juan José Laborda. No apareció. Se leyó un texto que había enviado. En un acto que recordaba hechos tan dramáticos como la Shoah, Laborda se permitió recordar a los numerosos miembros de la Comunidad judía de Madrid allí presentes que la verdadera esencia del judaísmo es... cosmopolita y pacifista. ¿Se comprende ahora quiénes son las víctimas y quiénes los verdugos?
 
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