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EL úLTIMO PREMIO NOBEL

James Heckman

La concesión del Premio Nobel de Economía este año al profesor James Heckman de la Universidad de Chicago reconoce su contribución al diseño de métodos para estudiar el comportamiento de los individuos, las familias y las empresas. Con esta nominación, Chicago se mantiene como líder entre las universidades del mundo en "producir" premios Nobel, alcanzando 21 en economía, si se incluyen alumnos y maestros en diferentes épocas, y 9 si se limita a profesores al momento de ser galardonados.

Este reconocimiento me complace en especial por tratarse de una persona que influyó significativamente en mi formación académica durante mi estancia en esa universidad a principios de los años 80, al haber sido su alumno y, posteriormente, su asistente de enseñanza. Al igual que otros maestros como Gary Becker y Robert E. Lucas Jr., Heckman me persuadió de que la economía es una herramienta poderosa para interpretar la realidad, capaz de derivar un conjunto coherente de hipótesis comprobables empíricamente.

Las características de Heckman son su sentido del humor, la rapidez de pensamiento y su habilidad para aplicar estadísticamente la teoría económica. Recuerdo que solía ser un poco desordenado en clase, pero mostraba gran entusiasmo para orientar y enseñar a sus alumnos. Recuerdo también su insistencia en transmitir el significado de los métodos econométricos, poner éstos al servicio de la economía (no viceversa, como desgraciadamente ocurre con frecuencia), e investigar la efectividad de las políticas gubernamentales sin prejuicio.

Heckman se ha especializado en el estudio estadístico de la microeconomía, es decir la parte de la economía que describe el comportamiento de los individuos, las familias y las empresas ante diversos incentivos de mercado y de gobierno. A esta combinación se le ha denominado "microeconometría", pero en Chicago mis compañeros la llamaban "heckmanmetría", por la paternidad de este profesor en muchos de los métodos.

El análisis de Heckman ha estado enfocado a temas relacionados con la economía laboral, como la decisión de aceptar un empleo, los ingresos del trabajo, la duración del desempleo, los programas gubernamentales para desempleados y menos capacitados, la fecundidad y la discriminación.

Su principal contribución ha sido metodológica, al resolver problemas frecuentemente encontrados en la aplicación de la economía, conocidos en la jerga técnica como "sesgo de selección" y "autoselección". Tales fenómenos surgen cuando las muestras a disposición de los investigadores no son "aleatorias", es decir no representan adecuadamente la población que se desea estudiar, lo que obedece a los criterios del mismo analista o la decisión de los agentes económicos.

Por ejemplo, para estudiar el impacto de la educación superior en los salarios, los economistas requerirían conocer los ingresos que la misma persona obtendría si realizara estudios profesionales y si no los realizara. Lamentablemente, para cada persona sólo se conoce una de las dos situaciones y no las dos simultáneamente.

Sin embargo, basar el estudio sólo en los individuos que trabajan y además están educados, implica una muestra incompleta de la población ("autoseleccionada" de acuerdo con la decisión de las personas por educarse) que conduciría a conclusiones erróneas ("sesgadas") sobre el efecto de la educación. En este caso, al estar "sobre representada" la población educada en la muestra, se tiende a subestimar el efecto de la educación (una conclusión demostrable, aunque no obvia).

Para corregir el "sesgo de selección", Heckman propuso diversos métodos que pueden interpretarse como la incorporación de "variables omitidas", y en el ejemplo descrito significan datos sobre los trabajadores sin educación profesional. Con ello, demostró que la educación favorece a los salarios en un mayor grado que lo reflejado en estudios previos con muestras sesgadas. Los métodos de Heckman se han aplicado extensamente en casi todos los campos de la economía y otras disciplinas, como la sociología, la psicología y la medicina. El mismo las ha utilizado para analizar múltiples problemas y con frecuencia sus estudios han arrojado conclusiones que invalidan o al menos ponen en duda hallazgos considerados incontrovertibles. Sus análisis sobre la duración del desempleo y la evaluación de programas sociales ilustran este aporte.

Heckman descubrió que la aparente relación negativa entre la duración del desempleo y las probabilidades de ser contratado era resultado de tomar muestras integradas sólo por desempleados, entre los que abundan los individuos con bajas posibilidades de ser contratados. Esta característica no observable era la fuente del sesgo de la muestra. Al corregirse por tal sesgo, demostró que la supuesta dependencia negativa del empleo respecto a la duración del desempleo desaparecía.

En el segundo ámbito, Heckman es el líder mundial en la evaluación de políticas microeconómicas. Al estudiar el impacto de los programas gubernamentales de entrenamiento y subsidio al empleo, ha objetado el enfoque que ignora el comportamiento de los individuos en ausencia de tales programas. Al incluir esta información, obtiene diversos resultados, por lo común no muy alentadores: muchos programas han tenido sólo pequeños efectos positivos y a veces negativos sobre el ingreso y el empleo de los participantes, por lo que no cumplen los criterios de eficiencia social.

© AIPE

Manuel Sánchez es doctor en economía por la Universidad de Chicago y director de estudios económicos del Grupo Financiero BBVA Bancomer en Ciudad de México.
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