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Ignacio Villa

Aznar sale del escondite

Es la mejor noticia que la dirección del Partido Popular y su militancia podían recibir. El presidente Aznar vuelve a la arena. Ese es el síntoma más claro de que estamos volviendo a la normalidad. Y es que este fin de semana, José María Aznar acude a Santiago de Compostela para asistir a un acto público multitudinario con Fraga, Rajoy, Arenas y Pastor. Es el primer mitin de estas características que se va a celebrar desde el pasado 8 de febrero, fecha del primer "no a la guerra" que se escuchó en un acto de Aznar, en Arganda del Rey. Dos meses después, Aznar sale del escondite y vuelve a la escena política.

Un claro mensaje para los suyos, que muchos echaban de menos. La presencia del presidente en Santiago debería de significar el inicio de una nueva actitud, que tendría que ser generalizada, que les lleve a no esconderse ante los gritos y reventones azuzados desde la oposición. Con Aznar otra vez recorriendo España, el PP vuelve a recobrar el pulso político en vísperas de unas elecciones municipales y autonómicas. Con la presencia de Aznar en la primera línea de la política, la militancia del PP debería de percibir que el presidente vuelve a "pisar tierra", vuelve a coger el ritmo y el timón de la política nacional.

Este gesto es imprescindible para que muchos dirigentes populares regionales y municipales salgan del letargo en el que han estado inmersos durante la crisis de Irak. Con esta iniciativa, el PP tendría que abandonar la indefinición y el agarrotamiento con que muchos de sus "nombres clave" se han mostrado en público durante la crisis de Irak. Es el momento, aunque no sabemos si serán capaces de hacerlo, de despertar. Es el momento de vender una gestión más que saludable en muchos terrenos. Es el momento de creerse lo que hacen.

Sólo falta que los "prudentes" asesores del presidente dejen de estar más pendientes de su propia supervivencia que la del partido. Sólo falta que acierten, aunque sea sólo al final de la legislatura, en la política informativa del Gobierno. Sólo falta, y no es poco, que dejen de esconder a Aznar. El PP necesita a un Aznar comprometido con los suyos en el Congreso de los Diputados, y a un Aznar implicado en los actos públicos en defensa de la política de su partido. Con Aznar en el escenario, en el PP comienzan a respirar.

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