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Ignacio Villa

Cobardes y acomplejados

Los socialistas vascos han entrado ya definitivamente en un camino de desorientación absoluta

La ambigüedad medida y calculada en el País Vasco no es tal, es simplemente cobardía.  Y esa posición difuminada, estudiadamente inconcreta del Partido Socialista es un gesto de miedo a la verdad. Los socialistas vascos, acomplejados desde hace tiempo por sus propias contradicciones, están dilapidando una herencia de sentido común y de claridad en una tierra donde ellos mismos han sido víctimas del terrorismo por defender unos principio que están enterrando -sin pudor- con una rapidez increíble.

La última historia de esta triste actitud es la posición que los socialistas han mantenido en el Ayuntamiento de Bilbao al posicionarse a favor de que los presos etarras puedan volver a estudiar en la Universidad del País Vasco. Desde el PSE, en un juego demagógico que da pena, dicen que no hay pruebas que demuestren un trato de favor a los etarras en la universidad vasca. ¿Les parece poco lo que ha pasado?, ¿hay que recordar las carreras que algunos etarras han sacado adelante como el que se toma un vaso de agua?, ¿hay que volver a contar tantas y tantas historias de chantaje a profesores no nacionalistas en aquella universidad?.

Los socialistas vascos han entrado ya definitivamente en un camino de desorientación absoluta. No es que se acerquen, sin más, a los planteamientos nacionalistas como una estrategia electoral. El problema es que hacen política desde una posición claramente acomplejada. No tienen ideas, no tienen proyecto; sólo buscan separarse del Partido Popular como única obsesión. Y esa estrategia es muy pobre. El PSE no sabe lo que quiere. Se ha estancado en una política negativa y a la contra. Y esa forma de actuar además de cobarde es demencial.

Y es que en esta esquizofrenia en la que están inmersos los socialistas vascos parece que se olvidan de un gran problema interno. Existe un buen número de militantes en el País Vasco que están en desacuerdo con está política de la nueva dirección del PSE. Estos militantes son ciudadanos que viven permanentemente inmersos en la amenaza y el chantaje de los ambientes nacionalistas radicales. Y son los mismos que recuerdan que los dirigentes del socialismo vasco viven "forzadamente" fuera de la realidad. La dirección del PSE ignora la propia demanda interna y se instala en una situación de pura ficción. Esto sólo tiene un nombre: cobardía.

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