Hemos tenido tantas sorpresas –desagradables– en esta legislatura que estamos ya acostumbrados a casi todo. Este Gobierno nos ha dejado momentos que esperamos irrepetibles gracias a su cobardía, su tozudez, su sectarismo y su ineptitud. Esto ha provocado que la legislatura que ahora termina haya sido la más convulsa y la más inestable de la democracia española. Zapatero enfila ya la recta final de sus cuatro años en el poder, un periodo en el que ha vuelto todo del revés en un tiempo record y con una dosis de enfrentamiento nunca visto hasta ahora.
Pero aun así, lo que no habíamos visto nunca es a un Gobierno con la caradura suficiente como para felicitar la Navidad en la televisión con el dinero de todos los contribuyentes. Y es que el Gobierno de España –como les gusta cacarear ahora desde sus aparatos de propaganda– ha puesto en marcha otra campaña publicitaria en la que recomiendan ahorrar energía utilizando el reclamo de caras conocidas de actores, deportistas o periodistas en el que "el Gobierno de España felicita la Navidad".
El Ejecutivo ya se había gastado mucho dinero público en diversas campañas publicitarias. Gracias a ellas, los españoles hemos descubierto que desayunamos, hacemos ejercicio, comemos o viajamos gracias al Gobierno de España. Pero es que ahora encima nos felicitan la Navidad con nuestro dinero. Esto es como si un vecino nuestro comprara centenares de felicitaciones navideñas para sus amigos con nuestro dinero; hasta el más manso se enfadaría considerablemente. Pues bien, eso es básicamente lo que han hecho Zapatero y los suyos con el dinero público. Han decidido despilfarrarlo en felicitaciones navideñas para todos los españoles. Una decisión que en cualquier momento de la legislatura hubiera sido un escándalo, pero que cuando las elecciones están a la vuelta de la esquina entra en el terreno de la corrupción política.
De todos modos, esto demuestra que en Moncloa no tienen las cosas tan claras como predican a los cuatro vientos, que las encuestas electorales no deben ser tan buenas como dicen y que están dispuestos a cualquier cosa con tal de no perder las elecciones. ¿Recuerdan los primeros años de la legislatura, cuando este Gobierno casi ignoraba la Navidad por ser una fiesta de contenido religioso? Ahora ya se han olvidado de sus tonterías laicistas. Y es que para el PSOE todo puede llegar a ser bueno y bonito, aunque no barato, si les permite ganar las elecciones. ¡Y todavía nos quedan tres meses!
